La culpa fue del primer beso

No hay nada más placentero que cerrar los ojos y abandonarnos al calor del aliento de nuestra pareja, percibir su olor, la suavidad de sus labios, su lengua en nuestra boca… ¡mmm, un beso de esos que nos hace volar!

Uno está seguro de que ese beso es milagroso, sanador, nos llena de energía, de amor y dan ganas de ir mucho más allá. Bueno, pues uno lo sabe, pero siempre es bonito leer lo que los científicos dicen con respecto a los poderes del sabroso beso.

¿Qué dicen los especialistas?

Las investigaciones muestran que cada vez que besamos se producen cambios cerebrales y físicos. Los besos tienen un efecto analgésico, bajan el estrés, brindan felicidad y son determinantes en una relación.

Sheril Kirshenbaum, autora del libro ‘La ciencia de besar’, comenta en su libro que cuando damos o recibimos un beso, el cerebro aumenta la producción de dopamina, una hormona asociada al deseo y de serotonina, hormona relacionada con los sentimientos que se puede tener por otras personas.

Pero una de las reacciones más importantes es la secreción de oxitocina, también conocida como la «hormona del amor», encargada de producir la sensación de confianza y apego, además de reducir el miedo y provocar el deseo sexual.

Un beso nos ayuda definitivamente a ver qué tan compatible químicamente somos con alguien, confirma Kirshenbaum. Así que viene a ser como una pruebita. «Un beso puede decirnos mucho sobre el potencial de una relación. Cuando se siente bien, es una forma en que la naturaleza nos dice que busquemos una conexión más profunda; sin embargo, cuando no es así, es una señal de que la pareja puede que no sea compatible, de forma genética o no», agrega la científica.

Según manifestó un estudio realizado por la Universidad de Albany en el año 2007, 59% de los hombres y 66% de las mujeres que se decepcionaron después del primer beso dejaron de sentir atracción y no continuaron la relación. El mal aliento, la apertura de la boca, el uso o no uso de la lengua o el choque de los dientes pueden ser algunos de los motivos de la mala experiencia.

Definir un buen beso no es posible, ya que depende de cada uno. No obstante, cuando existe química y atracción entre dos personas, el buen beso surge solo. «Hombres y mujeres tienden a prestar atención a cosas muy diferentes acerca de los besos, pero cuando se trata de un buen partido, con química real, se siente bien para los dos», concluye Kirshenbaum.

Según el Doctor Chip Walter, de la Universidad de Carnegie Mellon, cuando besamos soltamos un coctel de químicos que gobiernan el estrés humano, la motivación, las uniones sociales y la estimulación sexual. “En el cuerpo, un beso desencadena una cascada de mensajes neurales y químicos que transmiten sensaciones táctiles, excitación sexual, sentimientos de proximidad estrecha, motivación y hasta euforia», añade Walter.

 ¡Pues claro, doctor. No nos dice nada que nosotras ya no hayamos experimentado cuando nuestro amor nos besa apasionadamente! Los besos son sanadores, deliciosos y gratis. No hay por qué restringirlos.