¡URGE! Perdonar…

¡URGE! Perdonar…

Por mil razones en la vida, podemos llegar a acumular odio, rencor o resentimiento por una situación o una persona.

Ese rencor pesa, pesa como si anduviéramos un saco de cemento en la espalda. Algunas personas hasta sienten deseos de venganza ¡Más peso para el saco!

¿Cómo aliviar esa carga? ¿Cómo continuar sin ese rencor en nuestra vida?

La religión lo ha dicho por siempre, y la ciencia lo confirma ahora: ¡TOCA PERDONAR!

Y es que perdonar no significa acercarse al ofensor y ponerle la mejilla para que nos de unas cuantas cachetaditas más. Perdonar es aceptar lo que sucedió y seguir adelante. Independientemente de lo que el ofensor piense.

Algunos beneficios del perdón, según la Organización Perdona son:

1. Alivio del estrés. La falta de perdón genera la liberación de sustancias químicas proinflamatorias y mediadoras de estrés orgánicos. Decidirse a perdonar significa librarse de ese estrés y sentir un increíble alivio.

2. Mejora la salud. Varios estudios han señalado de manera consistente que el perdón hace que las personas se sientan mejor, y mejoren su salud física, especialmente en el ámbito cardiovascular. Perdonar es una buena forma de cuidar el corazón.

3. Alivio de la depresión y la ansiedad. Un secreto a voces entre psicólogos y psiquiatras es que varios transtornos de salud mental, entre los cuales se cuentan la ansiedad y la depresión, pueden ser desencadenados o agravados por rencores y falta de perdón. En estos casos, el proceso de perdón puede producir un alivio duradero y significativo de estas condiciones.

4. Darse una oportunidad de ser feliz. El rencor hace que vivamos con amargura, mientras que el perdón nos libera de la pesada carga de odio. Estudios realizados indican que las personas que perdonan manifiestan sentirse más felices y realizadas.

5. Vivir en paz. Toda persona que vive en el marco de una relación a largo plazo sabe que la convivencia tiene sus desafíos. No es fácil vivir unos con otros, sin cometer faltas u ofensas; por ello, el perdón restaura los vínculos y hace posible que podamos vivir en armonía, sin rencores ni reproches.

6. Dormir tranquilo. Uno de los peores efectos del rencor es, en muchos casos, el insomnio. Si el resentimiento o el deseo de venganza no le deja dormir, pruebe a perdonar.

7. Sanar las heridas. El poder terapéutico del perdón es tal que heridas emocionales que quizás han estado abiertas por mucho tiempo cicatrizan luego del perdón.

8. Mejore su rendimiento y autoestima. Un estudio realizado entre escolares de la conflictiva zona de Irlanda del Norte mostró que los niños que habían recibido terapia de perdón mostraban un mejor rendimiento escolar y autoestima. Perdonar puede hacerle más productivo y confiado.

9. Enfrentar mejor los conflictos. Cuando usted se da cuenta que puede perdonar, es más facil enfrentar los conflictos y desacuerdos, y trabajar en pos de la construcción de un acuerdo con el oponente. El perdón es una excelente herramienta para el diálogo.

10. Volver a amar y confiar. Luego de una grave ofensa, el perdón permite la restauración y la continuación de relaciones sanas basadas en lazos de confianza antes que en el rencor y la recriminación. De hecho, hay estudios realizados que demuestran que el perdón es factor fundamental para el mantenimiento de relaciones matrimoniales estables a largo plazo.

Se puede perdonar a quien nos hizo daño, pero sin darle acceso a nuestra vida de nuevo. Es decir se puede perdonar, sin necesidad de reconciliación. Eso es asunto de cada quién.

Liberarse de esa carga en la espalda, es lo más sano, así las buenas energías pueden inundar nuestro cuerpo y nuestra vida.


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