¿A usted qué le importa?
¿Cuándo va a tener novio? ¿Cuándo se va a casar? ¿Cuándo va a comprar casa? ¿Cuándo va a tener bebé? ¿Cuándo la parejita? ¿Cuándo va a bajar de peso? Es como la canción, dime cuándo, cuándo, cuándooooooo??
ODIO la presión social, esa que siempre se está metiendo con uno en cada etapa de la vida.
Cuando uno está jovencito pensando en divertirse y estudiar, ya le quieren meter un novio. Cuando ya se tiene el novio, en dos toques lo quieren casar. Se casa uno y que para cuándo el bebé, se tiene el bebé y salen con que un niño necesita un hermano.
¡QUE CANSADO! no hay fiesta, reunión social o café con la familia en que lo dejen a uno en paz.
Yo ni les cuento, ya pasé por todo eso y ahora después de divorciada, y teniendo un novio la pregunta es ¿Cuándo se casa? Diay yo ya me casé, no me hace falta casarme de nuevo. Así como estamos somos felices. Si se viene un matrimonio de nuevo, no será por la presión social, si no por el deseo de ambos.
En todo caso lo mío ha de ser poco, en comparación con lo que viven los hombres y mujeres mayores de 35 que no se han casado y ni pareja tienen. A ello se les juntaron varios ¿Cuándo? y no hay quien los deje ni salir a comprar pan sin toparse con alguno en el camino.
La presión social puede afectar a muchos, en especial a los más débiles de carácter y a los más jóvenes. Por esto los que somos padres deberíamos educar a nuestros hijos conscientes de que en algún momento de su vida alguien los va a presionar para que usen drogas, para que tengan sexo o consuman alcohol. Luego los van a presionar con el novio y todo lo demás.
La presión siempre ha existido y seguirá existiendo, la diferencia la podemos hacer nosotros si nos negamos a ser ese entrometido que le dice a la vecina ¿Cuándo vas a comprometerte? o el que le dice al compañero de trabajo ¿Cuándo vas a ponerte a dieta? Todos se meten con uno y uno también con los otros, bien merecido se tendría alguno que un día le contestáramos: ¿Y a usted qué le importa? y fácil un día se lo recetan a uno también.
Es comprensible que la mamá opine y pregunte ¡y de algunas cosas, no de todas! pero que tal el vecino, el pulpero, el carnicero, el compañero de trabajo y hasta el amigo de Facebook que ni conocemos.
¡Que cada quién haga con su vida un cometa y lo tire a volar! Dejemos el entrometimiento para que nos dejen a nosotros también.
Hay que hacerle frente directo a la presión social y defender nuestra individualidad.
-¿Cuándo va a tener un hijo?
-¡YO VERÉ!
-¿Por qué se casaron esas dos mujeres?
-ELLAS SABRÁN.
