En el mundo de las treinta y pico…
Las treinta y pico experimentamos situaciones que nos hacen entender que ya no somos las veinteañeras que nos acostumbramos a ser por diez años. Cambia todo cambia, bien lo dice la canción y nosotras sí que lo sabemos.
¿Cuando nos damos cuenta?
-Cuando al tomarnos una foto encontramos una cana por aquí, otra por allá y unas 22 hechas un puñito en la coronilla.
-Cuando salimos una noche y al día siguiente nos declaramos inservibles, fueras del área de cobertura.
-Cuando en lugar de muchacha nos dicen “SEÑORA” y uno no sabe si enojarse o llorar.
-Cuando al tener sexo no nos preocupamos por si se nos ve panza, si no por el disfrute total.
-Cuando vas a la fiesta del 20 aniversario de la salida del Colegio
-Cuando descubrimos que no toleramos “las güiladas” de algunos.
-Cuando valoramos más una noche de conversación con los amigos, que un escándalo en un bar.
-Cuando en el recuento de la vida, descubrimos que tenemos amistades que han estado junto a nosotras por más de 15 años.
-Cuando las decisiones fuertes y grandes ya no son de otros, sino nuestras.
-Cuando nos enamoramos de la personalidad y no del físico.
-Cuando bailamos “Oye mi amor” de Maná y recordamos los bailes del Colegio, o el concierto en Jacó.
-Cuando no estamos dispuestas a andar incómodas toda una noche por culpa de un par de zapatos, una minifalda, o una pareja que no nos da nuestro lugar.
Cuando por las mañanas nos vemos en el espejo y descubrimos a una mujer hecha y derecha viéndonos de frente. Con una que otra arruga y cana, pero a la que ya está muy difícil que la vacilen y rueden como a una inexperta. Los años nos hacen mejores, más sabias, menos temerosas, más dispuestas a sacarle el jugo a la vida sin tanta complicación.