La desolación tras una ruptura sentimental.
En los tiempos más críticos tras una ruptura, uno siente que Jose Luis Rodríguez “El Puma” tenía toda la razón, uno es capaz de perder la cabeza por amor…
Son tiempos difíciles, ¡HORRIBLES!, de eso nos habla la psicóloga Sharlim Salazar.
Esto no pretende ser un articulo científico ni mucho menos. Tampoco una típica guía de pasos a seguir para recuperar la sensación de control y dignidad que , probablemente se consideran perdidos tras una ruptura sentimental.
Probablemente no pasa a ser más que experiencias y pensamientos confusos o saltones tratando de encajarse. ¿Quien no ha experimentado esa sensación de “corazón roto” tras una ruptura?, ese momento donde la rumiación de pensamientos, ideas y las imágenes en la cabeza son los facilitadores de crisis de insomnio.
Esos momentos donde las llamadas funciones ejecutivas que los neuropsicólogos nos indican nos permiten controlar, ejecutar y ordenar la conducta, dejan de funcionar para dar paso a la parte más irracional de uno mismo. Esa parte capaz de pensar en microsegundos un millón de tonterías, y al final terminar adherido a una solo idea, o más que una idea una sola situación o siendo más sinceros aún, una sola persona en tu mente…
Ese síndrome de corazón roto te impide temporalmente funcionar de manera habitual, la concentración ya si no es una habilidad fuerte en tu vida, parece abandonarte por completo.
Vos misma tenés severas preocupaciones por tu rendimiento en la mayoría de actividades cotidianas… Las noches en vela se convierten en tus contrincantes de batalla y las mañanas cuando la alarma suena y te invita a retomar tu rutina cotidiana, caés en cuenta que de nuevo te ganó el dolor.
El remolino de preguntas se vuelven como agujeros negros donde al menos en un corto plazo no logras ver la luz, ni generar una hipótesis medianamente clara. Ya que en esos momentos las ideas claras y el pensamiento concreto parecieran haberse desconectado.
En fin cada experiencia es única y así como una crónica de viaje no puede generalizarse, la experiencia vital tampoco. Te balanceas entre seguir la voz populi y entregarte a comer un kilo de chocolate, ahogar las penas, fingir que no pasa nada o rendirte al deseo de no abandonar el pijama ni la extraña sensación de no levantarte de la cama… Sin embargo y a pesar de todo pronóstico y pensamiento desajustado, aunque suene trillado y cliché la vida sigue…¡Toca levantarse, ir al trabajo, conversar con todos, tratar de hacer vida normal!
Es un pasar por el invierno, caminar bajo la lluvia y sentir el frío ¡en pleno verano!
Para este tema, las experiencias y sabiduría popular llegan a reafirmar el adagio de que el tiempo ayuda a curar casi todo. Tras un tiempo de irrealidad, lágrimas, cambios de ánimo, pensamientos redundantes y sensaciones amargas el sol vuelve a brillar… poco a poco los rayos van calentando …
Ese tiempo non grato nos permite recordar que estamos vivas, que somos capaces de sentir, que los episodios tristes o más difíciles son parte de la vida pero que junto con ellos tenemos otro millón de razones para ser feliz, sonreír y reinventarnos.
Claro que necesitamos tiempo para sanar, cicatrizar, aprender, crecer y añadir experiencias e ingredientes a esta mágica receta que es la vida llena de improvisaciones y mezclas indescriptibles que no terminamos de crear.
Es un perfecto momento para la búsqueda sin brújula de nuevos intereses pasiones y aventuras. Algo muy importante es que de esta experiencia debemos salir conociéndonos mucho mejor, identificando que áreas de nosotras necesitamos mejorar para volar aún más alto.
Al final del proceso aprenderás muchas cosas que desconocías, reafirmarás otras que no querías aceptar y te convertirás en una persona más fuerte, más humana y con nuevas e incrementadas ganas de vivir.
Sea cual sea el momento en que estés, no te abandonés, permitite sentir la lluvia, dejar fluir las lágrimas cuando sean necesarias, escribí, pintá, cantá o hacé lo que sea que necesités para liberar toda esa angustia que no te deja dormir ¡ni vivir!
Es importante que tengás la plena confianza de que siempre tras una noche oscura viene una aurora palpitante. Por que cada una de nosotras es esa aurora y tenemos un amor que cuidar durante toda la vida… ¡nosotras mismas!
Sharlim.
