La limeranza nos descontrola la vida.

La limeranza nos descontrola la vida.

Limeranza, que palabra tan extraña, ¿qué es eso y por qué me descontrola?

Muy pocos saben lo que significa, pero casi todos la hemos vivido.

La limeranza, según explica Dorothy Tennov en su libro Love and Limerance (1981) es la enfermedad del amor, es el tiempo inicial de una pareja, en el que no podemos dejar de pensar en esa persona, se nos olvida todo, todo nos recuerda a él, nos brillan los ojos y sonreímos con solo recordarlo o decir su nombre.

Es decir, es esa etapa en la que todo nos vale, lo único que queremos es estar pegadas a él oliendo su cuello, sintiendo sus besos, y la ropa estorba DEMASIADO.

La limeranza es un proceso bioquímico que tiene que ver con feromonas, fenómenos neurosicológicos, y para que se realice, no necesariamente tenemos que ser compatibles; es un fenómeno transitorio en la vida de una pareja.

La Limeranza, se define como un estado mental alterado, durante el cual hay un desenfoque de la realidad, y es debido a que esta realidad es sustituída por una total idealización del otro, borra totalmente la objetividad, en ese período los defectos no existen, entonces alguien común pasa a tener una lista interminable de atributos imaginarios.

Esto le puede suceder a cualquiera en cualquier momento de su vida. Algunos síntomas de la limeranza, además de los que te dije al inicio de la nota son:

– Palpitaciones del corazón con solo pensar en esa persona y ni que decir al tenerla cerca.

– Palidez y/o enrojecimiento

– Sudoración

– Insomnio

– Falta de apetito

-Tartamudez

– Dilatación de las papilas

Y si los afectados por la enfermedad del amor están juntos, se dan otras manifestaciones corporales como:

– Sonrisas y “coqueteo de ojos”.

– Animación de la voz.

-Temblor y aceleración de la voz.

– Aumento del tono de la voz.

– Exageración vocal de trivialidades.

– Risas.

– Rotación de la cara de un lado a otro.

– Movimientos mutuos de aproximación.

– Humedecimiento de los labios.

– Acomodo de la ropa para revelar la piel desnuda.

– Tocamientos que simulan ser inadvertidos.

– Copia mutua de los gestos.

– Sincronización de los movimientos corporales.

Esta etapa es completamente normal y muy necesaria para la formación de las parejas, pero no es eterna, tiene un tiempo que en la gran mayoría de las personas es de 24 meses. En algunos puede durar mucho menos y en otro más.

Una vez superada la limeranza, si las bases de la relación son fuertes la limeranza se transforma en otro sentimiento, que hace posible se establezca y refuerce el nivel de atracción afectiva entre la pareja. Aquí es donde nace el verdadero Amor, el que reconoce la persona que tiene a su lado, la acepta, la respeta tal como es, asume las diferencias con una actitud de  tolerancia a la individualidad y es el punto de partida de el proceso de una pareja estable.

Los que establecieron su relación solo en la fantasía, sí se verán afectados con el cambio y muy probablemente terminen la relación. Claro, algunos se casan antes y ahí sí que se viene la torta.

Así que debemos estar muy atentas, es muy lindo enamorarse perdidamente y respirar corazones por la mañana, la tarde y la noche, pero tenemos que estar claras que existe este proceso.

Conozco personas enamoradas de la limeranza y no de su pareja, y por lo mismo, buscan la limeranza una y otra vez en distintas personas.

Vivamos esa etapa con toda la felicidad que trae, pero tengamos claro que es pasajera y que para que la relación sea duradera, la debemos alimentar cada día sobre bases reales y mucho amor, pero del amor que no idealiza, si no del que ama con virtudes y defectos.


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