¡Abel Pintos, el pájaro cantor que iluminó Costa Rica!

Abel Pintos es prácticamente un desconocido en Costa Rica, por eso los ticos que lo conocemos, ayer teníamos miedo de llegar al Jazz Café y que el ambiente no fuera digno para EL REY que Abel es en su natal Argentina.

Bastaron pocos segundos para darnos cuenta, de que las 300 personas que estábamos ahí ¡TENÍAMOS SIGLOS ESPERÁNDOLO!

Apareció suave, fácil, sin bombo ni platillo, sorprendiéndonos a todos, que al verlo rompimos en aplausos y ovaciones.

Él, visiblemente emocionado, no nos dijo mucho, inició su repertorio con ¨Como te extraño¨ y nos dejamos arrastrar a su mundo de emociones, de profundas emociones.

Luego se vendría ¨Pájaro cantor¨ y ¨Oncemil¨ ¿Cómo sobrevive uno a Oncemil? ¿así como si no doliera?

Luego de esa canción se tomó unos minutos para platicarnos ¨Ya les puedo hablar, estaba muy emocionado con el recibimiento, en este concierto vamos a estar mucho tiempo¨ nos dijo y los gritos no se hicieron esperar.

Así como tampoco tuve que esperar mucho para escuchar la canción que tanto anhelaba ¨El Adivino¨

El día anterior cuando lo entrevisté, le conté que mi hija y yo habíamos cantando esa canción por todas las calles de México en un viaje reciente y que era nuestra favorita. Luego de cantarla, se volvió a mirarnos, nos guiño un ojo y levantó su brazo para saludarnos. Fue un momento supremo, de complicidad absoluta. ¡GRACIAS ABEL!

Se vendrían luego ¨Sueño Dorado¨ y ¨Cactus¨ en esta última parecía que se la cantaba a Cerati, que le rendía homenaje. Todos la cantamos, en su nombre, en su nombreeee…

Uno de los puntos más altos de la noche se alcanzó cuando nos cantó ¨Sin principio ni final¨ creo que no hubo un alma que se quedara sin cantarla.

La noche se siguió elevando con ¨Tanto amor¨ y ¨El Mar¨ Ya para cuando cantó El Mar, yo estaba a sus pies junto con mi hija. Logramos safarnos del espacio en el que estábamos y nos fuimos acercando, hipnotizadas por su luz, por su imponente presencia y esa voz que nos cautiva.

¨Mirar el mar ya no me sirve no me da la calma, vivo en el último beso que guardo en el almaaaaa….¨ ¡DE SENTARSE A LLORAR! Luego para rematar nos cantó ¨No me olvides¨

No me olvides, es una canción tan increíble, es para cuando la resignación ya nos alcanzó, ya no hay sufrimiento como en El Mar, es el siguiente paso. Es ese estado en el que sabemos que pase lo que pase, esa persona siempre va a estar en nuestro corazón y vamos a estar pensando en volver en regresar, ¡NO ME OLVIDES!

Pero como Abel conduce la montaña rusa de emociones, usa ¨No me olvides¨ de transición para la bailadita, para devolvernos la esperanza por la vida jajajaj y ahí es donde hace acto de aparición su obra suprema para el positivismo: ¡MOTIVOS!

Todo el bar se levantó a cantarla y bailarla, todos sabíamos que estábamos viviendo un camino sin final. Y así fue como seguimos bailando con ¨De solo vivir ¨ ¨Tu voz¨ ¨Cuántas veces¨ y se desarmó con ¨Crónica¨

Ya para ese entonces todos nos sentíamos extasiados, habíamos recibido toda la luz que el pájaro cantor desprende con cada movimiento, con cada nota, con cada palabra que sale de su boca, con esa entrega que es la misma ante un estadio con 40.000 personas o un pequeño bar con 300 almas ilusionadas. ¡Hasta parecía bendecirnos antes de cantar A-Dios!

Otras de las canciones con las que anoche nos deleitó fueron: Mariposa, Aventura, Ya estuve aquí, Tiempo, La flor azul, Aquí te espero y Asuntos pendientes, entre otras.

Cerró con ¨La llave¨ ya habían pasado más de dos horas y ya nadie tenía batería en el celular, solo una inmensa alegría que nos durará días, por el GRAN privilegio de haber podido disfrutar de un ¨chow¨ (así le dicen en argentina a sus conciertos¨ ESPECTACULAR, en un ambiente tan íntimo.

Abel, podrás decirme que soy exagerada, cuando te digo que estar a tu lado, devuelve el tiempo al 0 ¡PERO ASÍ FUE! ¡POR FAVOR VOLVÉ PRONTO, ahora me toca lidiar con la cabanga post-chow. ¡Me voy a Argentina a vivir esto de nuevo con la familia abelera!