EL PRIMER BESO

EL PRIMER BESO

¿Recuerdan ese primer beso largo que le dieron a alguien? Yo sí, perfectamente, hasta me parece estar sintiendo ese asco que me dio jajajaja

Ahora que tengo una niña en esa edad peligrosa, en la que uno ve que los ojos le brillan cuando ven un beso en la televisión, recordé esa ansiedad y esa ilusión con la que se espera ese primer beso, o ese primer “aprete” como se decía en mis tiempos.

Hay una época en la niñez-adolescencia en la que una clase se divide entre las que ya dieron su primer beso y las que no. Las que sí lo han hecho, vienen como maestras a contarnos sus experiencias que todas con asombro, susto y ganas escuchamos.

Las hormonas ya andan enloquecidas y fantasean con eso de pegar nuestros labios a los del muchacho elegido. El movimiento de las lenguas es toda una ecuación matemática que desconocemos y a la que le tememos ¿CÓMO SE HACE ESO SIN QUE SE NOTE QUE NUNCA LO HICE?

Sí, porque el asunto acá es que conforme se va atrasando el momento, a uno le va dando más vergüenza la virginidad bucal.En mi caso, sucedió cuando estaba a punto de cumplir los 15 años.

La virginidad bucal me atormentaba, ya estaba en noveno año y todas en la clase contaban de sus besos. Yo, me inventaba historias que con el tiempo se me olvidaban y entonces cuando me volvían a preguntar se me enredaba todo y quedaba claro que estaba mintiendo. ¡PEOR VERGUENZA!

Un día, mi mejor amiga y yo, decidimos acabar con mi situación y aprovechamos que nos invitaron a un quinceaños, para ir de cacería jajajajaja. Los quinceaños eran buen lugar para eso, ya que habían chiquillos nuevos, música y hormonas como para reventar la cuadra entera.

Al llegar, vimos posibles candidatos ¡y estaba surtido! Nosotras éramos carnitas frescas, porque la quinceañera amiga, estaba en otro colegio. Eso nos colocó en una posición favorecedora, todos nos coqueteaban.

El problema era yo, que no tenía ni la menor idea de cómo propiciar el asunto.

Ya iban a ser las 9:00 p.m, mi papá me había dado permiso hasta las 10:00 p.m ¡NO LO IBA A LOGRAR! Así que decidimos irnos…Íbamos por la esquina cuando de pronto mi amiga y yo decidimos que ¡NO! Que con el pretexto de que habíamos dejado la sombrilla, nos íbamos a devolver para así tentar a la suerte.

El truco funcionó y los chiquillos que estuvimos trabajando durante la fiesta, cayeron en la trampa y se ofrecieron a llevarnos a la casa.

Esa noche tuve mi primer “aprete” tal y como lo había decidido, pero fue HORRIBLE. ¡Qué asco me dio que ese chiquito metiera su lengua en mi boca! Llegué a la casa a lavarme los dientes como si no hubiera un mañana. Me sentía fatal, qué beso más asqueroso.

Como al mes, fui a un baile organizado por los amigos del barrio y ahí estaba él, Juan Carlos, el gemelo de 14 años que me volvía loca desde por lo menos un año atrás. Era un playboy, todas querían con él.

En algún momento de la tarde, porque obvio el baile fue una tarde juvenil, sonó la música romántica y para mi completa sorpresa, Juan Carlos me sacó a bailar.

De pronto me vi ahí en mitad de la pista, con las luces girando al rededor y el gemelo de mis sueños tomándome por la cintura. De eso al beso, fue fácil. De ahí al cielo, fue cuestión de segundos.

¡ESE SI FUE MI PRIMER BESO APASIONADO! No quedó una sola célula en mi cuerpo que no reaccionara. Entendí por completo la magia de los besos, la adicción al olor de la persona que tenemos al frente y el no poder separarme de él.

Me enamoré como una loca y por supuesto me fue pésimo (recordemos que era un playboy de 14 años jaja) Luego de él vendrían muchos besos más, la adolescencia es una época maravillosa para perderse en eternas sesiones de besos que hacen que nos pique hasta el fémur. Lo lindo es que no pasaba de ahí, yo tuve años y años de besos, antes de que llegara el sexo.

El sexo lo cambia todo y es maravilloso cuando al igual que el primer beso, ocurre con la persona adecuada, en el momento ideal.

No hay que preocuparse por técnicas, edades o presión social. No hay que forzar nada, solo dejar que las cosas fluyan naturalmente porque justo en la sorpresa está la magia. Ese será mi consejo para mi niña.

¿Cómo fue tu primer beso?


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