La inevitable nostalgia navideña

Con la llegada de la Navidad, muchos corazones se alegran, pero muchos también se entristecen más de lo que lo harían en el resto del año.

Y es que con la llegada de las fechas especiales, empezamos a pensar en los que nos faltan.

Sí, en los que están lejos del hogar, pero que les encantaría estar acá, con nosotros.

También pensamos en los que estando cerca geográficamente, no lo están de corazón y prefieren estar en cualquier lado, menos junto a los que los queremos.

Y por supuesto también pensamos en los que dejaron este mundo y no se sentarán junto a nosotros a compartir otra Navidad y recibir un Año Nuevo juntos.

Esos, los últimos, los que volaron al cielo, nos hacen falta siempre, pero en estas fechas aún más.

Empezamos a darle vuelta a la cabeza recordando las muchas navidades junto a ellos. El conteo final del 31 de diciembre nos llena de tristeza, principalmente si esa persona se nos fue este año. ¿Cómo empezar un nuevo año sin ellos? Sentimos que con el cambio del año, los dejamos atrás…

Esa primer Navidad y Año Nuevo, con ese dolor de corazón es demasiado fuerte. Por más que intentemos enfrentarlo de la mejor manera, es inevitable añorar su voz, su compañía, su presencia..

Con los años el dolor irá disminuyendo, la aceptación hará su trabajo y empezaremos a sentirlos vivos en nuestro corazón. Ya sabemos que el cambio de año no se los lleva, nada se los llevará del todo.

Los recuerdos y la tristeza volverán inevitablemente, pero ya hasta nos acostumbramos a recibirlos y despedirlos con los días.

En estas fechas especiales, no podemos pedirle a todos alegría y felicidad, cada quien carga con una maleta de situaciones que enfrenta de diferente manera. Lo importante es tener claro, que todo pasa, que todo cambia, que nada es para siempre.

En esta Navidad, muy probablemente muchos extrañemos a los que no están, pero también tendremos a otros para compartir tamales, rompope, historias y una vida que aún no se termina y por la cual debemos luchar.

Ánimo, es normal sentirse así, pero que la Navidad sin ti, no arrase con todo lo hermoso que nos queda por vivir.