Santiago, París o San José:  <br>¡Que el vino sepa igual, dónde sea!

Santiago, París o San José:
¡Que el vino sepa igual, dónde sea!

La humedad y el calor hacen más difícil la conservación y el disfrute del vino en nuestras latitudes, pero Lola encuentra el consejo de un sommelier que le da los tips para disfrutarlo a la temperatura idónea.

El vino sabe bien, pero… Algo le falta. Parece mentira que entre la perfección de los taninos y los aromas, se interponga algo tan simple pero tan difícil de controlar como la temperatura perfecta. Nos lo explican brevemente en las degustaciones, pero uno no pone atención hasta que le toca conservar en casa algunas botellas que quiere tener siempre listas para el brindis oportuno.

Conversamos con el sommelier José Salom, quien nos explicó con detalle cómo conservar esos vinos y algunos secretos para que no sea el delicioso clima del trópico, lo que eche a perder el sabor que por años está guardado en esa botella.

¡Tomá nota y comencemos la cava de la que tanto hablamos cuando salimos!

  • El vino no va directo al refrigerador: se dice que la temperatura ideal oscila entre los 11 y los 14 grados. Menos de 10 o más de 21 no es recomendable. Pero sobre todo, no va directo a la “refri” por la sencilla razón de que ahí guardamos todo lo demás; abrimos y cerramos la puerta constantemente y no es el sitio idóneo para botellas de vino, a menos que las vayás a consumir en poco tiempo.
  • La regla de oro es evitar la exposición directa a la luz del sol.
  • Elegí un lugar para el vino. Siempre nos remitimos a la cocina. ¡Es como de lógica, verdad! Pero en realidad la cocina no es un buen lugar porque hay muchas temperaturas, entra sol por la ventana, hay mezcla de aromas… Así que si tenés un cuarto aparte, un poco húmedo, oscuro, ese es un buen sitio para guardar las botellas. Ojo con los “mini bares” de terraza: tampoco son un buen lugar para conservar vino, por las mismas razones: luz, calor, cambios de temperatura.
  • La mejor forma de conservarlo es acostado o ligeramente inclinado de manera que tenga contacto con el corcho. Ahora, si lo vas a consumir en los próximos días, no hay problema en que siga vertical. Pero si planeás guardarlo por años, debés colocarlo de manera horizontal y a una temperatura supervisada.
  • No te preocupés por el lugar. Si tu casa es en Santa Ana y siempre hace calor o en Coronado y siempre hace frío, lo que cuenta es tener un sitio con las condiciones ideales para el vino. Mientras exista ese cuarto, bodega o rincón, la ubicación geográfica y el clima del lugar no tienen nada que ver con cómo saboreás tu Merlot o tu Chianti favorito.

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No está de más conseguir un termómetro para botellas de vino. Suelen ser anillos de metal que se colocan alrededor de la botella. Sencillos y baratos, te confirman la temperatura idónea.

Y para quienes como Lola, son en definitiva apasionados del vino, talvez no puedan construir una pequeña cava en casa pero sí tener un sitio aparte donde colocar una cava refrigerada, que se consiguen a partir de ¢60 000; les caben hasta 12 botellas – y sí, eso califica ya como una “mini cava”.

José Salom es Sommelier y podés preguntarle más sobre vinos o consultarle antes de comenzar tu propia cava escribiéndole al correo electrónico jose.salom@chateau1525.com


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