Tengo 27 días de saber que tengo COVID-19
Tengo 28 años, recién cumplidos, los cumplí en un viaje que inició siendo un sueño y ahorita está siendo mi pesadilla.
A inicios de marzo, me encontraba en Madrid por mi cumpleaños, yo no estaba enterada de lo que estaba sucediendo en el mundo. No veo notiicas y no tuve ningún problema estando en Madrid, Bogotá y Barcelona.
El día 12 de marzo estando en España, comencé a sentirme engripada, creí que era normal por el cambio de clima de CR a España. ‘Me tomé dos acetaminofén, dormí un rato y salí a cenar.
Al día siguiente España colapsa, cierran todo el comercio, y me entero de lo que sucede. Me sentía fatal, la cabeza me quería explotar.
Fui a la farmacia compre un termómetro, me tome la temperatura y estaba normal.
El 14 de marzo volvía a Costa Rica, al dirigirme al aeropuerto llamé a mis papás y les conté que no me sentía bien, que por favor se llevaran a mis sobrinos y a mis hermanas de casa.
No sé ni cómo llegué hasta la puerta de embarque, me sentía débil, la cabeza fatal, me dolían los ojos muchísimo. Aún así yo seguía pensando que era solo una gripe. El vuelo de regreso tardarba 14 horas que sabía por mi condición se me iban a hacer insoportables. Le pedí ayuda a las azafatas con algo para el dolor de cabeza, pero me dijeron que no me podían dar nada.
En Bogotá hice escala y cambio de avión y conversé con mi papá, le dije que me sentía muy mal, que me sentía con temperatura y dolor de cabeza. Él me dijo que me tranquilizara pero que por favor usar un cubre bocas.
Al llegar a Costa Rica, mis papás me fueron a recoger y me fui directo a la casa. Al día siguiente conversé con el encargado de Gestion Humana en la empresa que laboro y me dijo que llamara al Ministerio de Salud.
Llamé al 911 porque era domingo y ellos me dijeron que el Ministerio de Salud se comunicaría conmigo.
El lunes 16 de marzo recibí la llamada del Ministerio y me dijeron que me dirigera a un Centro de Salud, con un cubre bocas. Así lo hice y me tomaron la muestra. Giraron una orden sanitaria para mi y para mis papás.
El martes 17 de marzo a las 6:00 p.m recibí la llamada del Ministerio diciéndome que tenía el COVID-19. Sentí la que vida se me había venido abajo, empecé a llorar lo único que me paso por la mente es que podía morir y me daba miedo haber contagiado a mis padres. No quería que nadie supiera, pensaba que todos me iban a rechazar, esa parte es muy dura.
El dolor de cabeza no se me quitaba, los ojos me dolían, con forme fueron pasando los días me empecé a sentir peor.
La fiebre es interna uno siente que se quema por dentro, sudas muchísimo, la fatígame te hace permanecer todo el día acostado durmiendo, te sientes débil, es como una montaña rusa hay momentos que te sientes estable, pero hay otros fatales.
El día 5 después de que me hicieron la prueba, me empezó un dolor en el pecho, me costaba respirar, es como la sensación cuando uno tiene asma. La deshidratación es demasiada, se te rompen los labios, la piel se pone escamosa y los pies se te ponen en pellejitos.
Los días van pasando y los síntomas cambian te da diarrea, tos, sientes que te ahogas cuando duermes y al despertar la garganta la tienes seca y te duele muchísimo.
Solo que podido tomar acetaminofén, cada 8 horas y dextrometorfano que fueron los medicamentos que me enviaron.
Mis padres por dicha dieron negativo a la prueba.
En fin, llevo 27 días desde que me hicieron la primera prueba, me han hecho 5 pruebas y sepan que no es nada bonita. Te meten un aplicador (hisopo) en la nariz que te llega casi a la garganta ¡Es muy incómoda!
He recibido una muy buena atención de parte del Ministerio de Salud y de la CCSS. Todos los días recibo dos llamadas de parte de ellos y una psicóloga me llama dos veces por semana.
Decidí contarles todo esto, para que vean que esta enfermedad no hay garantía de cómo nos pueda dar a cada uno. Yo todos los días estoy experimentando un síntoma nuevo y tengo miedo de que en algún momento empeore y me tengan que hospitalizar. Me da miedo morir, por algo que inició siendo una celebración de vida.
Les aconsejo que se cuiden y que hagan caso a todas las indicaciones que nos dan.
A mi, la desinformación me está costando demasiado cara.
Por favor recen por mi.