Da la talla en las comidas de trabajo

Da la talla en las comidas de trabajo

Cada cierto tiempo por la profesión que ejerzo, tengo reuniones de trabajo que muchas veces se combinan con un almuerzo o una cena. La otra semana tengo precisamente una comida con un grupo de directivos de una transnacional, por lo que le pedí la colaboración a mi amigo y especialista en etiqueta y protocolo, Juan Carlos Bonilla, para no “meter las patas”.

 

Él me explicó lo que sí y lo que no se puede hacer, decir, vestir y hasta comer en un evento como estos:

 

  • El que invita en el ámbito empresarial paga la cuenta. Nunca debés hacer la escena al final de la comida de que querés pagar la cuenta.
  • Nunca debés llegar tarde, es la peor falta de educación que podés cometer ante un anfitrión.
  • Si tenés que elegir del menú, nunca pidás el plato más caro ni el más barato. Siempre buscá un plato intermedio en precio, por la sencilla razón que el anfitrión va elegir su plato en función de lo que vas a pedir. Un anfitrión nunca debe pedir un plato más barato de su invitado.
  • A menos que sea indispensable nunca debés poner el teléfono celular sobre la mesa. Si necesitás recibir una llamada importante lo decís y pedís las disculpas del caso. Contestá la llamada en el momento y hacela lo más breve posible. Nunca debés llegar a la cena hablando por teléfono, poniendo mensajes o consultando las redes sociales.
  • En la conversación no debés hablar de enfermedades, de niños, de tragedias, de cosas desagradables. Primero comer es un placer, debemos de evitar ese tipo de temas. No debés hablar de temas personales.
  • Si no te gustó la comida no lo debés decir, sencillamente comés poco y terminás en el momento que el anfitrión lo haga.
  • Durante los almuerzos, no debés tomar vino ni cerveza, gaseosas y refrescos naturales, preferiblemente acompañá las comidas con agua por un principio gourmet: las anteriores bebidas tienen azúcar y te van a ensuciar el paladar y no vas disfrutar los alimentos. En una cena podés acompañar la comida con una copa de vino y agua. Dependiendo de la época también la podés acompañar con una cerveza. La máxima que debés tomar en cuenta es que nunca podés tomar más dos copas de vino.
  • Debés saber comer correctamente, dependiendo de la naturaleza del restaurante y saber usar los utensilios, de alguna manera puede incidir en la negociación porque vas a estar incómoda. Siempre debés actuar con aplomo y con seguridad.

 

¿Qué me pongo?

Para la mujer ejecutiva la mejor opción es el traje sastre, que te va a permitir estar presentable en cualquier actividad y a cualquier hora del día. La ventaja que tiene es que lo podés transformar dependiendo de la hora o de la naturaleza de la actividad que vayás a asistir.

Un sastre de tres piezas es perfecto para cualquier ocasión. Durante la mañana lo podés utilizar sin el saco, solamente la blusa incluso para el trabajo y el almuerzo. Para después de 5 de la tarde, si tenés un coctel o una cena, te ponés el blazer.

Podés cambiar el saco por un blazer más formal, siempre y cuando combine.

No se recomienda que usés estampados porque son muy difíciles de combinar y no a toda mujer le quedan bien. Si los usás, que sean discretos y preferiblemente en actividades de mañana.

Los vestidos de la mañana no deben ser de telas muy delgadas como tipo seda. Aún cuando sean apropiadas para la mañana, no para la oficina. Los escotes y las blusas sin manga ni se te ocurra.

Por último, el largo de la falda debe llegar a la rodilla o debajo de ella, pero nunca arriba.

 

Fuente: Juan Carlos Bonilla Camacho, etiqueta y protocolo.


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