Leche materna vs. fórmula

Leche materna vs. fórmula

¿Sabías que del 1º al 7 de agosto se celebró la semana mundial de la lactancia materna? Un análisis estadounidense calcula que se podrían evitar unas 900 muertes de bebés en ese país si el 90% de las madres dieran el pecho en exclusiva durante los primeros seis meses.

Con este versus no pretendo poner en un pedestal la leche materna y desglorificar la fórmula. Por el contrario, quiero que todas esas mujeres que estén esperando un bebé encuentren la opción que más se adapte a la salud de ellas, su bebé y estilo de vida.

Leche materna Leche de fórmula
Los anticuerpos que la madre le transmite al bebé a través de la leche materna ayudan a disminuir las incidencias de infecciones respiratorias, auditivas, diarreas, entre otras. La leche de formula podría aumentar el riesgo de padecer alergias en los bebés que se reflejan en problemas de piel, digestivos y respiratorios.
El bebé regula la toma y consume las porciones necesarias. Lo que ayuda a conocer mejor la sensación de saciedad y esto a futuro podría prevenir la obesidad. El bebé come muchas veces más rápido porque la leche sale más fácilmente del biberón. Además, las mamás procuran que se tome la porción completa lo que provoca que sea el adulto y no el niño el que regula la cantidad exacta de leche.
La leche materna tiene sabores y aromas diferentes que varían según la dieta materna, lo que estimula y prepara al bebé en el proceso de introducción de alimentos. La leche de fórmula siempre sabe igual.
Los niños alimentados con leche materna tiene un coeficiente intelectual (CI) más alto, no solo porque la leche contiene sustancias que favorecen el desarrollo del sistema nervioso y cerebral, sino porque el bebé que mama está en constante contacto con su madre, que es lo que más lo estimula. Carece de sustancias importantes para el desarrollo del cerebro. La alimentación del bebé puede ser delegada a cualquier otra persona que no necesariamente lo estimulará de igual forma que su madre.
Existe una conexión íntima cuando se amamanta al bebé. El contacto de pieles afianza el vinculo emocional que se establece entre madre e hijos y desencadena una cascada hormonal en ambos que favorece el amor y el desarrollo psicosocial. Mientras se le da el chupón, la madre debe demostrarle amor a su hijo por medio de caricias, canciones y pláticas para afianzar el vinculo madre-hijo.
La lactancia ayuda a quemar calorías y a que el útero se encoja tras el parto. Las madres que amamantan a sus hijos recuperan su figura y pierden peso más rápido. La recuperación del útero es más lenta y se prolonga.
Exige tiempo y dedicación por parte de la madre. Cualquiera de los dos progenitores o encargados se la pueden dar. La mujer tiene más libertad y tiempo.
La leche materna siempre está lista y preparada para ser consumida. Siempre se debe tener suficiente leche a mano. Además de hervir chupones y preparar la leche.

Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan que los niños y niñas sean alimentados exclusivamente con la leche materna y sin ningún otro tipo de suplementos (agua, jugos, etc.) los 6 primeros meses de vida.

 

Fuente: Dra. Ingrid Broitman Tropper, nutricionista y consejera de lactancia. Materna. Tel.: 2288-7428 Cel.: 8854-6048. ingrid@lactanza.com

 


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