Amueblá a puro reciclaje

Como que a uno siempre le sobran “chunches” y le falta plata a la hora de hacer remodelaciones o querer decorar de otra forma la sala o la terraza. Bueno, también está la parte ecológica, que en mi caso, ¡sí que importa!
Estaba pensando en eso cuando mi amiga Carolina me dio unas ideas sencillas para reutilizar papel, latas y plástico.

Mesas: al requerir firmeza podés hacer una mesa con una torre de revistas. Para terminarla solamente debés colocar un sobre de vidrio o de cualquier material, inclusive puede ser una pieza de cerámica. Otra forma es apilarlas como en un rollo con unas 10 a 15 revistas. La amarrás con mecate en la parte de arriba y de abajo. Con está técnica podés hacer mesas más grandes.

Banquito: para crearlo, podés utilizar revistas o periódicos. Igualmente hacés una torre, le ponés encima un almohadón y lo amarrás con corbatas o fajas. Listo para que te sentés.

Móviles: aquí el producto estrella son las latas de atún o de comidas enlatadas. Tenés la opción de hacerlas como móviles o pegarlas a la pared. Esto te servirá para poner una vela adentro o para guardar cosas. Si la querés pegar a la pared, lo hacés directamente con un clavo, un gancho o atornillada. Si son móviles, las guindás en el cieloraso, solamente le hacés una perforación pequeña para sostenerla con cable de nylon o cintas de colores.

Paragüero: en este caso le sacás provecho a los sobrantes de los tubos de PVC. Para unirlos, usás silicona o los amarrás con gasas plásticas. Para que se sostenga, un palo de escoba funcionará como el eje principal y lo completás con la base de una maceta, que sostendrá el agua y después te será fácil escurrirla.

Macetas: aquí la obra maestra la hacés con las botellas desechables, son geniales para que pongás macetas en un formato horizontal, que la podés suspender con cualquier tipo de cuerda o mecate. La botella la partís en dos. Esta opción es buena para que trabajés la hidroponía. Otra forma, es usar botellas de colores para que formés un jardín vertical en una pared de una terraza e incluso en una cocina para que tengás diferentes especias a mano.

5 buenas razones
1. Por el ambiente y lo podés enseñar a tus hijos.
2. Sabés exactamente qué pasa con tus desechos, ya que podés sacar la bolsa de reciclaje pero no sabés a dónde va a parar.
A veces querés hacer cambios en la casa y no contás con el presupuesto suficiente.
Economizás.
5. Aprovechá este tipo de actividades para unir a la familia y que todos colaboren.

Fuente: Carolina Taborda, Decoradora de interiores de Chromatica Diseño.
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