Traete el bosque a tu casa

Siempre que ando por los pasillos de la oficina, me pregunto cómo será tener plantas en casa, que no requieran tanto cuidado, pero que creen esa sensación de tener un pedacito de jardín adentro.

Según me comenta mi amigo paisajista Guillermo Chaves, todas las plantas que provienen del sotobosque (área del bosque que crece más cerca del suelo) que no necesitan altos niveles de iluminación y las que no tienen follaje y flores muy coloridas son las más recomendadas. ¡Lástima, yo me imaginaba unas lilas! Pero parecer ser que para que las plantas mantengan color se requieren altos niveles de luz.

Cuidados que hay tener

Riego moderado, preferiblemente con agua de lluvia ya que no contiene cloro.
Para que las plantas crezcan fuertes, la tierra debe ser lo suficientemente porosa para que las raíces respiren. Esta debe ser capaz de retener la humedad y el aire sin dejar drenar el agua de las plantas.
Los recipientes o macetas deben de estar completamente limpios, así como un tamaño ajustado a la planta, que sea profundo y ancho. Recordá cambiar de maceta cuando la planta se haya desarrollado mucho y tenga las raíces compactas.
La humedad ambiente del trópico es la misma para plantas que provienen de ecosistemas parecidos.

Una planta para cada rincón

Pasillos: en estos espacios las plantas altas son perfectas, por ejemplo las palmeras, drácenas y la sanseviera.
Dormitorios: si es un espacio de poca luz optá por ciso, esparraguera y aloe; si de lo contrario la luz es abundante, las bromelias, orquídeas y begonias son perfectas.
Baño: para este rincón tan íntimo optá por crotones y helechos.
Cocina: ¡aquí sí que no!
Sala: las flores blancas entregan luminosidad, pureza, agrandan el espacio y dan mucha más luz de la real.

Mucho cuidado

No cambiés de manera constante las plantas ya que el proceso de adaptación es muy difícil para ellas.
Tienen que estar protegidas de las corrientes de aire.
Deben estar alejadas de radiadores y fuentes de calor.
Las flores no son apropiadas para ser adornos de centros de mesa, ya que el constante movimiento hace que se marchiten más rápido.