Ayer decidí tener un orgasmo

Ayer decidí tener un orgasmo

¿Cómo que decidí? Sí decidí, le di permiso a mi cuerpo de disfrutar al cien por ciento la experiencia que estaba viviendo. Muchas veces nosotras mismas somos las que nos limitamos a la hora de sentir.

Decime si te suena conocida esta escena: nuestro compañero absorto en la relación sexual, sus ojos, su respiración y por supuesto, su eyaculación nos dejan claro lo mucho que lo disfrutó, mientras tanto nosotras estábamos pensando en si nos estará viendo la celulitis, en que hubiera estado mejor haberse hecho una cola porque qué calor; en la cena de más tarde, ¡en todo menos en lo que estaba pasando!

¡No queridas! Así jamás vamos a tener un orgasmo. Aunque parece tonto tener que recordarlo, el tener sexo y disfrutarlo es un asunto también de decisión, de concentración.

 

La sexóloga María Hernández nos dice:

“En nuestra rutina diaria femenina, siempre tenemos que estar haciendo varias cosas a la vez, un par de ejemplos: trabajando y coordinando la cena de más tarde o en el gimnasio y pensando en la reunión de trabajo del día siguiente. Así nuestro cerebro está acostumbrado a estar en dos cosas o más a la vez. Nos cuesta desconectarnos y disfrutar solo lo que estamos viviendo en ese momento. Ya vamos teniendo claridad, no es nuestra culpa; es por el rol de vida en el que estamos inmersas, pero sí que sería nuestra culpa darnos cuenta del problema y no hacer nada por solucionarlo más cuando los orgasmos son como una leyenda en nuestra vida”.

 

¿Qué hacer?

 

-Tomar la decisión: reconocer el problema y enfrentarlo. Meta 2019: tener orgasmos.

-Desconectarnos: y cuando digo desconectarnos me refiero a nuestros pensamientos y también al facebook, no vaya a ser y en media actividad te entre una notificación y la concentración se esfume. Desconectate de toda la información que da vueltas en tu cabeza y quitale el volumen al celular.

-Fantasear: pensá en lo mucho que te gusta cuando te quitan la ropa, de ese momento en que sientes su lengua en tu boca y cuando sus manos buscan tocarte. Si le decís a tu cerebro lo mucho que te gustan esas sensaciones, cuando las estés experimentando las sentirás mucho más aún.

-Expresá tu deseo: decile a tu pareja como te gusta que te toque, donde te gusta hacerlo. Vos te medís, puede ser que algunas cosas se las digás y otras que solo lo guiés. Ten por seguro que él te complacerá.

-Abandonate al placer: así no más, pensá en lo que estás haciendo, en lo mucho que lo estás disfrutando. Sentí su aliento cálido, su cuerpo caliente sobre ti y dejate llevar. Respirá su olor, relajá tu cuerpo, acariciá su espalda, su cabello, piensa en todo lo que te gusta de él y ahora lo tenés ahí, para ti solita, como si fuera un trozo de pastel listo para ser comido.

 

 

Concentrate en él y en las reacciones de su cuerpo y el tuyo, disfruta de la coreografía que sus cuerpos bailan juntos.

 

Si hacés eso, no hay manera de que pensés en lo sucias que están las cortinas, en la merienda de los niños ni el desastre de tu pelo, todo eso pasa a un segundo plano y tu cuerpo se permite un orgasmo, ese mismo que tanto deseás y necesitás.

Sí, ayer decidí tener un orgasmo, también lo había decidido tres días antes, la semana pasada, el mes pasado y siempre; porque amigas, la sexualidad satisfactoria que nos llena el cuerpo de alegría no es un tema a descuidar.

 

El cunnilingus tu mejor aliado

 

A la hora de conseguir un orgasmo, ten por seguro que una buena sesión de cunnilingus será un arma vital.

 

El clítoris es una zona extremadamente sensible, que si tu hombre sabe estimular ya sea con sus dedos, con su lengua o mejor aún !con ambos! Lograrán hacerte tocar el cielo. Es por eso que es importante que ambos tengan claro que una estimulación demasiado vigorosa puede causar molestias o dolor.

 

Estos son los pasos que él debe seguir (mandaselos por email):

 

1. Empezá con golpecitos suaves y rítmicos. Seguí con un lametón largo, como si chuparas un helado desde abajo hasta arriba, que cubra toda la superficie de sus labios interiores y acabe en la capucha del clítoris. No importa lo que ella haga, mantén un ritmo lento, suave y consistente. Excitala hasta el delirio.

2. Dale una serie de golpecitos rápidos verticales y en diagonal sobre el clítoris.

3. Volvé a los lametones lentos y muy suaves.

4. Repetí hasta que se derrita.

Con esta fórmula se consigue que la sangre fluya poco a poco. Los golpecitos vigorosos rompen la rutina y resultan muy placenteros», explicó el terapeuta de parejas Mauricio Soler.

 

 

¿Qué pasa con nuestro cuerpo en el orgasmo?

Durante el orgasmo femenino, el clítoris se retrae, la vagina, el perineo y el útero se contraen por las sacudidas y los pezones se endurecen. Al mismo tiempo, el corazón se acelera y los vasos sanguíneos se dilatan.

Recomendaciones de lectura sobre el orgasmo:

 

El orgasmo femenino, de Shere Hite.

Como tener cada día el orgasmo de tu vida, de Kate Taylor.

Orgasmo en 5 minutos. Mil y un caminos hacia la felicidad, de Tina Robbins.


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