Las posiciones sexuales más románticas. Un San Valentín bien disfrutado.
Este 14 de febrero, muchas parejas gozaremos de las mieles del amor. Tendremos una noche de esas en las que queremos que TODO salga muy bien y sí, estoy hablando de disfrutar de la compañía sexual de nuestra pareja. Luego de ciertos rituales romanticos, es muy probable que terminés abrazada a él, disfrutando de una maravillosa noche sexual en la que el ‘rapidito’ NO ESTÁ INVITADO. Hoy tenemos un buen pretexto para acariciar con tiempo, para besar hasta que se nos duerman los labios, para sentir y disfrutar el cuerpo de la persona que tanto amamos y deseamos.
Acá te traigo las posiciones sexuales más románticas, esas que te permitirán verlo a los ojos, dejar tu cuerpo a su disposición para que te besen, acaricien y así perderse uno en el otro, felices de estar juntos.
Muchas suerte, espero que la pasen ¡DELICIOSO! Y lo repitan constantemente.
- La Silla
En esta posición ambos podrán mirarse a los ojos, acariciarse y besarse mientras hacen el amor. Él debe sentarse al borde la cama y ella se montará sobre él para ser penetrada, los brazos de ambos podrán rodear sus cuerpos desnudos como si fueran uno solo.
- El Deleite
Ella deberá acercarse al borde de la cama mientras él se arrodilla al frente, dejando su pene a la altura de la vagina. La mujer debe abrir las piernas y recibir con pasión a su pareja. Ella puede envolver a su hombre con sus piernas mientras él se deleita con sus senos.
- La Medusa
El hombre se tiene que sentar sobre la cama con las piernas cruzadas y ella se monta sobre él; esto permitirá una penetración profunda y el contacto total, los besos y caricias no se deben escatimar si la meta es llenar de amor a tu pareja.
- La Posesión
Esta es otra postura muy relajante y placentera. La chica debe acostarse con las piernas abiertas y dejar que su amante la penetre sentado. Él tiene las manos libres para jugar con sus senos, acariciar sus piernas y brazos.
5. La Hamaca
El hombre está sentado con las piernas flexionadas y se toma de la parte posterior de sus rodillas. De esta manera, recibe a la mujer que se hace penetrar acomodándose en el espacio que queda entre las piernas de él y su tronco. Él presiona con las rodillas el cuerpo de su compañera, la atrae hacia el suyo provocando el vaivén de ambos mientras le besa los pechos que están a la altura de su rostro. Una sensación única que recuerda el ir y venir de las hamacas.
