La homosexualidad no es una enfermedad

En días pasados un comunicador de nuestro país, dio una entrevista en la que aseguraba haberse curado de las drogas, el alcoholismo y la homosexualidad.

En esta revista nos hemos caracterizado por tener una mentalidad abierta en la cual practicamos la tolerancia y declaraciones de ese tipo realmente nos ofenden.

Nos ofenden por que la homosexualidad no es una enfermedad. Mi muy querido amigo Warren, escribió esto y se los quiero compartir, esta también es nuestra posición.

“’Manifiéstome’ a la sanación del homosexual.

No andamos buscando una cura para lo que no es una enfermedad, tenemos historias más valientes que contar.

Que sea noticia que una persona se curó de homosexualidad, es la evidencia de lo ineptos que podemos llegar a ser. Cuando ya uno piensa que la estupidez no tiene límites, siempre hay algo (o alguien) con una capacidad poco envidiable de sorprender.

Aquí nadie se ha curado y eso es lo que hay que salir a contar. No es sencillo interponerse al montón de pedos mentales que nos dictó la sociedad al crecer. Es duro armarse de valor y hablarlo, enfrentar el rechazo, el miedo, la incomprensión y aún así seguir con la vida, salir adelante. Pero bueno, seguimos valientes y aquí, pagando los mismos impuestos y no recibiendo los mismos beneficios: si no es la aceptación, es la inequidad.

¿Por qué no llevar a los programas a maes que echaron de sus casas, los rechazaron o desheredaron por ser gays? Ahora, siguen enfermiticos, pero valientes, altivos, con una sed de crecimiento, de éxito y de tener su merecido puesto en la sociedad, con igualdad.

Que entrevisten a todas las mamás que dejaron de lado su formación, lo que fueron sus creencias y valores y sobrepusieron el amor y la aceptación de sus hijos: hablemos de la valentía y el amor de las madres, para sus hijos sanos y para los enfermitos también.

Que cuenten sus historias todas las personas que no tuvieron miedo de contagiarse y estuvieron siempre cerca, dando su amor y su apoyo desinteresado. A veces, por buscar tanto a dios, la gente se aleja de lo humanos que somos y eso es lo más cercano que tenemos.

Ojalá lleguemos al momento donde «dejar de ser gay» sea solo un recuerdo lejano, así como cuando las mujeres no podían votar y los negros no tenían derechos. ¡Qué polada! dirán las generaciones futuras. ¡Qué alguien nos despierte! ¿En qué putas siglo me vine yo a vivir?”

Warren González Fallas