El mejor medicamento eres tú
En Navidad, mi suegra que es una linda, a la que le encanta leer al igual que a mi y que sabe que ando fuertemente casada con la idea de tener una vida mucho más natural y sana, me regaló un libro que se llama “El mejor medicamento eres tú”.
El libro es del cardiólogo, nutricionista y especialista en higiene Fréderic Saldmann, un médico francés que decidió publicar este libro a sabiendas que entre sus colegas no iba a estar muy bien visto que un médico le dijera a la gente que la cura a sus enfermedades muchas veces no está en las farmacias sino en ellos mismos.
En el libro se tocan muchísimos temas, acá te voy a hablar de algunos que llamaron mucho mi atención:
Eliminá el estrés y la ‘depre’
Millones de personas alrededor del mundo consume antidepresivos. En muchos casos las personas han visto sus vidas mejoradas, pero protegerse con la química puede resultar nefasto a largo plazo ya que esos medicamentos tienen numerosos efectos indeseados: adicción, trastornos de memoria, disminución de la libido, incapacidad para afrontar los acontecimientos de la vida.
También existen medios preventivos sencillos y naturales para mantener un buen estado mental. Alto al estrés Constantemente escuchamos a la gente decir: “estoy estresado”, “mi trabajo me estresa”, “mis hijos me estresan”. En resumen, el estrés es una expresión que se usa para todo.
El estrés es una reacción normal del organismo que le permite reaccionar frente a estímulos agradables o desagradables, procedentes del exterior. Por desgracia cuando estamos demasiado estimulados, el organismo ya no tiene como relajarse y trae consigo: ansiedad, enfermedades psicosomáticas, molestias, trastornos psicológicos, insomnio, irritabilidad, trastornos de la alimentación.
Sin recurrir a los medicamentos ni a las pociones mágicas, existen medios de una simplicidad extrema y totalmente gratuitos para reducir el estrés. Por que lo que es seguro es que resulta imposible eliminar el estrés de nuestras vidas y hay que convivir con él.
El tacto: un equipo de investigadores de Estados Unidos acaba de descifrar por primera vez los beneficios del abrazo como tal. Se realizaron varios estudios y todos llegaron a la misma conclusión, los abrazos aumentan la secreción de oxitocina -hormona que se puede calificar el apego al otro y del bienestar- disminuyendo la frecuencia cardiaca y la tensión arterial y reduciendo el estrés. Los masajes también son fuentes de bienestar ya que contribuyen a la serenidad y la relajación, construyendo un universo que calma. Disminuyen el estrés, permitiendo conectar mejor el cuerpo con la mente.
La sonrisa protectora: sonreír genera ondas positivas a tu alrededor, una impresión de éxito que nos vuelve seductores. Parecemos menos cansados y más jóvenes. Además, el buen humor producido por estas sonrisas es muy contagioso. Tratá de pensar en cosas tristes o negativas y sonreí al mismo tiempo y comprenderás entonces el enorme poder protector de la sonrisa.
¡Aprendé a decir no! Sí, tan sencillo como decir no a lo que no querés como:
Rechazá una invitación si te sentís cansado. No te pongás esa ropa que todo el mundo te alaba pero te incomoda. No aceptés el zarpe, si no querés. No contestés el teléfono cuando no estés con ganas de hacerlo.
Evitar la ‘depre’
Igual que el estrés, la “depre” forma parte de nuestro vocabulario cotidiano y la hemos experimentado todos en algún momento de la vida. La ‘depre’ se caracteriza por un cansancio físico, moral y la impresión de ver “el vaso medio vacío”. Nos cuesta más levantarnos, las cosas parecen poco o nada interesantes y cualquier actividad se nos hace una montaña.
La ‘depre’ puede aparecer en momentos difíciles de la vida o bien, cuando todo aparece apagado y rutinario. También podemos considerar equivocadamente que estamos deprimidos solo porque no estamos contentos y nuestros días o nuestras semanas están hechas de cambios de humor.
La ‘depre’ es distinta de la depresión, que se caracteriza por los mismos síntomas pero más graves (todo sucede lento y el individuo parece no ser ya sensible a nada) y con una duración superior a los quince días consecutivos.
Evidentemente hay que consultar con un médico si estás así o conocés a alguien en esa situación.
La ‘depre’ por su parte no dura y puede combatirse con técnicas naturales, como:
Parar la película para disfrutar de una escena: Es esencial saber detenerse para disfrutar más de la vida. Es como cuando vas de viaje y recorrés muchos lugares en poco tiempo y no podés pararte a disfrutar más de cada lugar. En la vida cotidiana igual debés hacer pausas, detenerte a observar la sonrisa de tu hijo, disfrutar los sabores de tu plato, escuchar con atención a tus amigos. Pausas, que se quedarán para siempre.
Dejá de pensar en los aspectos negativos: está demostrado que las personas que se pasan la vida recordando viejas historias negativas de las que han sido víctimas o pensando en todo lo negativo de su entorno acortan su esperanza de vida. Darle vueltas sin parar a todo lo malo va desgastando el organismo día tras día.
Seleccioná: pensá en la semana que pasaste y seleccioná los que considerás han sido los mejores momentos, los que a fin de cuentas desearías volver a vivir lo más a menudo posible. Recordá también distintas vacaciones, los fines de semana, las comidas compartidas… Te sorprenderá el resultado, la felicidad no siempre se sitúa donde te imaginabas.
Aceptá los fracasos: Tal Ben Shahar, que enseña la práctica de la felicidad en Harvard, insiste en un punto importante: el derecho al error y a la imperfección para llegar a la plenitud. Es preciso admitir los fracasos repetidos para llegar al éxito, sobre todo no desanimarse.
Debemos aceptar con serenidad y sin culpabilidad que las cosas no funcionen la primera vez. Comprender por qué no ha funcionado es esencial para progresar.
El libro cuenta con muchos capítulos más donde nos habla de muchos otros aspectos de la vida que solemos enfrentar; buscalo, yo prometo hacer otro artículo de él.
