Inolvidables en la vida de una mamá

Si bien es cierto, cada día al lado de nuestros hijos es maravilloso, hay momentos en nuestra mente que jamás olvidaremos.

El palpitar: Uno va al ginecólogo a su primer chequeo de mujer embarazada y se lleva la GIGANTE sorpresa de poder escuchar el palpitar del corazón de nuestro bebé. Dan ganas de sentarse a llorar y reír a la vez.
Las “pop corn”: La primera vez que sentimos los movimientos de nuestro bebé en nuestro vientre no podemos creerlo. No son tan fuertes como los movimientos del final del embarazo, son como unas palomitas de maíz en el microondas ¡Adorables!

El día de su nacimiento: Ese primer encuentro con quien tanto imaginamos no se puede describir. Vemos sus ojitos, sus deditos, sus maravillosos pies, nos perdemos viendo esos delicados labios ¡Ufff, el increíble milagro de la vida! y salió de mi.

La primer sonrisa: Estamos cansadas cambiando pañales, mal dormidas, destruidas, pero así de la nada, un día se nos queda viendo y nos sonríe viéndonos a los ojos. Derretimiento al instante.

El primer mamá: ¿Y qué tal cuando nos dicen “Mamá”? El orgullo no cabe en el pecho y nunca jamás escuchamos una palabra tan linda en toda nuestra vida.

Mamá te amo: ¡Perdón! Sí se podía mejorar la palabra mamá, y es cuando sus labios nos dicen “Mamá, te amo”. Puede tener 3, 13, 23 o 53 años, nunca nada va a ser mejor que escucharlo decirlo.

Las presentaciones escolares: Cualquier canción o actividad del día de la madre en la que participe nuestro pequeñito nos va a sacar las lágrimas. Preciosos momentos, inolvidables.

Las graduaciones: Basta con ver los ojos llorosos de orgullo de todas las madres presentes en las graduaciones de sus hijos escolares, colegiales y universitarios para darnos cuenta de lo mucho que se nos mueve el corazón ese día. Sus logros, son nuestros logros.

El día de su boda: Acá tiene que haber una mezcla de emociones tan fuertes, que en definitiva hacen de este día uno inolvidable en nuestra memoria. Recuerdo a mis papás llorando ese día.

El día que nos hace abuelas: La vida avanza rápidamente y un día aquel que salió de nuestro vientre, nos convierte en abuelas ¡Doblemente mamá! Amor, del más grande multiplicado.

Todos y cada uno de los días en los que los vemos despertar, respirar y crecer. Verlos crecer nos llena la vida de orgullo y satisfacción.

Felicidades mamás, somos absolutamente privilegiadas al poder disfrutar de todo este increíble sentimiento.