Los derechos de las mujeres embarazadas

Los derechos de las mujeres embarazadas

No se cuántas veces habré escuchado en mi vida a una mamá quejarse del maltrato recibido en el momento de su parto.

Y es que si hay una temporada en la que más necesitamos soporte, calidez y humanidad es cuando estamos embarazadas, en el parto y con un bebé recién nacido.

Así que esas historias que arrancan con un “Me dijeron que así como había sido buena para abrir las piernas en el acto sexual, que también lo fuera ahora para sacar al bebé” ME MATAN.

En días pasados he estado leyendo en las noticias que la Defensoría de los Habitantes, se arrolló los chingos y se puso a investigar varios centros médicos para luchar contra la violencia obstétrica. Vi que necesitaban difundir los derechos de las personas embarazadas y como ésta es una revista femenina ¡por supuesto que lo hacemos!

Le agradezco enormemente a Alba Pascua, de la Defensoría de la Mujer, Dirección especializada en derechos de las Mujeres de la Defensoría de los Habitantes, por brindarme la información y luchar desde su trinchera por que las mujeres de este país sin importar su situación económica puedan tener un parto libre de violencia.

¿Qué es violencia obstétrica?

Es la violencia que muchas mujeres sufren antes, en medio de y luego del parto.

Puede ser de varios estilos, como:

-La no atención oportuna

-El disponer de su cuerpo al aplicarles medicamentos sin su conocimiento.

-Cesáreas innecesarias.

-Intervenciones médicas innecesarias como la episiotomía, conocido como “piquete”

-Trato deshumanizado, grosero, humillante, burlas, insultos, culpabilización en el proceso de parto en el que se le dice a la mujer que es su responsabilidad si el bebé presenta problemas de salud.

-Violación de la dignidad, usándolas como recurso didáctico sin su consentimiento.

-Violación a la intimidad, hacinándolas en pasillos de hospitales y descuidando su pudor haciéndoles revisiones delante de personas ajenas a su proceso de parto.

-Carencia de equipos y especialistas para su atención.

Muchas veces, las mujeres sufren situaciones de este estilo y las pasan por alto, se convierten solamente en historias entre familiares, ya que finalmente nada es más importante que la vida que se acaba de traer al mundo; y claro que ese bebé es lo más importante, pero también debemos dejar de callar los malos tratos ya que con ello solo garantizamos la continuidad de los mismos.

Las mujeres embarazadas tienen derechos y hay que velar por ellos.

¿Cuáles son? En la “Guía de Atención Integral a las Mujeres, Niños y Niñas en el Período Prenatal-Parto y Postparto”, la cual es obligatoria en la Red de Servicios de la CCSS se dice que:

ATENCION PRENATAL

Tiene como propósito identificar condiciones de riesgo para la madre y el bebé. Debe iniciarse lo más temprano posible durante el embarazo para evitar la pérdida del bebé.

Como mínimo las mujeres deben asistir a 5 controles prenatales. Las mujeres con embarazos de alto riesgo requieren una atención diferenciada y especializada.

EN UN PARTO NORMAL

En el parto normal deben existir razones muy válidas para interferir con el proceso natural.

-Orientar y apoyar a la embarazada para disminuir la ansiedad y dar seguridad durante la labor de parto.

-Evacuar las dudas y brindar confianza.

-Respet ar el derecho de la embarazada de estar acompañada, de la persona que ella elija, así como orientar al acompañante para que ofrezca un apoyo eficaz.

-Preguntar y respetar los deseos individuales de cada embarazada para propiciar el ambiente adecuado.

-Asegurársele a la paciente las condiciones físicas adecuadas, tales como comodidad y privacidad.

-El examen vaginal se realizará por la persona responsable. Si por razones de docencia se desea realizar nuevamente, debe contarse con el consentimiento de la mujer.

-Evitar la colocación de catéters y soluciones de forma rutinaria.

-Realizar el mínimo de tactos vaginales, de acuerdo a la evolución de la labor de parto.

-Dar apoyo a la madre escuchado sus temores y aclarando sus dudas.

-Mantener una adecuada hidratación. Ofrecer líquidos y bebidas nutritivas, para evitar la deshidratación.

-El ayuno no está permitido durante el parto normal.

-Mantener la integridad de las membranas.

-Animar a la mujer para que según su condición encuentre la posición que le resulte más cómoda (sentada, acostada, deambular)

-No administrar ningún medicamento durante la labor de parto, salvo indicación médica escrita justificando.

-No obligar a la mujer a pujar si no está lista, si no siente el deseo de hacerlo, ya que esto puede aumentar la probabilidad de tener que realizar “el piquete” o aplicar maniobras de reanimación al recién nacido.

-Colocar al niño sobre la madre inmediatamente después del nacimiento de manera que se permita el contacto piel con piel para que la madre reconozca a su bebé y él o ella busque el seno materno. No se debe forzar al recién nacido a tomarlo.

-Si el nacimiento se da por cesárea programada, ésta debe procurar realizarse con anestesia epidural. Si fuera por anestesia general, el contacto con la madre se hará tan pronto ella esté en condiciones, aún en la sala de recuperación.

-Identificar al recién nacido en presencia de la madre o el acompañante.

-Crear un ambiente favorable en los servicios, facilitando el contacto madre-hijo después del parto.

-Buscar el momento más oportuno para brindar orientación a la madre en signos y síntomas de alarma en ella o el bebé, actividades de apego, lactancia materna, posición en la que debe colocar al niño a dormir, etc.

-Proporcionarle información acerca de dónde puede consultar si tiene dudas sobre los cuidados de su hijo y de ella.

ATENCION POSPARTO 

El control posparto consiste en una serie de actividades que se llevan a cabo con la mujer y su bebé con la finalidad de obtener un mejor grado de salud para ella y orientar la planificación de la familia y el cuidado del recién nacido.

Todas tenemos derecho a gozar del control prenatal, el parto y la atención postparto. No hay motivo alguno por el cual nos nieguen estos derechos. Solo juntas, denunciando los abusos y reclamando nuestros derechos podemos lograr erradicar la violencia obstétrica.

Repito: Nuestro momento más vulnerable y que por lo tanto debe ser el más sagrado, es el momento del parto, hagamos valer nuestros derechos y los del resto de las mujeres del mundo.

Si necesitas poner una denuncia:

Defensoría de los Habitantes: Tel. 4000-8500 o al número gratuito 800 258-747.


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