Crónica de un día de acoso callejero

Me levanto y veo por la ventana que el cielo está completamente azul. ¡Que ganas de ponerme un vestido! pero entonces recuerdo que para llegar a mi destino debo tomar dos autobús y caminar por el centro de San José. Adiós vestido.

¿Por qué? pues por que ya se que me va a tocar enfrentarme a lo siguiente:

1) Caminata de la casa a la parada: La cuadrilla de barrenderos o cualquier viejo en la calle “Buenos días guapa, por qué tan solita, si quiere la acompaño”, “que buenos melones” (viendo directamente a las teresas)

2) Subiendo al bus: Recogerme la enagua porque el que viene atrás estará fijo esperando que se me salga algo cuando subo la pierna en el primer escalón del bus. Luego, el chofer me va a dar el vuelto restregándome la mano.

En el bus, busco sentarme a la par de una señora o una muchacha, o lo más lejano a un viejo que quiera estar metido entre mi escote. Si voy de pie, convertirme en la mujer elástico para que no me restrieguen su miembro en mi trasero. Si voy sentada cuidarme que no  soben  “su  cosa” en mi brazo.

3) Caminando por la calle: “Mami todo eso es suyo”, “Venga pa quererla” “que rico culo”, y el viejo que vende papas en una esquina nos grita: “RIIIIIIIIIICAAAAAA ss las papas”

También debo recordar que tengo que tener control de mis brazos al caminar ¿por qué? por que hay enfermos que buscan poner «su paquete»  en el sitio donde calculan va a caer mi mano.

4) Me subo al bus y repito el punto 2 y 3.

5) A la vuelta ya es de noche, debo extremar los cuidados. Con suerte ese día llegue a la casa y solo me dijeron cosas, hay días peores en los que usaron sus manos.

¿Cómo va querer uno ponerse un vestido, un short o cualquier cosa que haga que todo lo anterior se triplique?

¿Por que no podemos transitar libremente por la calle, con la ropa que queramos sin tener que estar como enfrentadas al enemigo todo el día?

Todo eso me ha sucedido desde adolescente, gorda, flaca, tapada, destapada, embarazada y hasta con mi hija de la mano. ¡A TODAS NOS PASA y en cualquier momento de la vida!

¡YA BASTA POR FAVOR! Que nuestras hijas y nietas no tengan que vivir días como el que acabo de narrar.

Sigamos luchando, gritando, persiguiendo, denunciando y exigiéndole a nuestras autoridades leyes que nos protejan, que nos respalden.