La eyaculación femenina “el squirt”
Desde hace tiempo el tema de la eyaculación femenina anda sobre el tapete. Pero hace días he escuchado más interrogantes sobre él, debido a un video que se hizo viral en nuestro país. Hoy, bien sabemos que las mujeres SI eyaculamos, pero muchas se frustran al no experimentarlo.
¿Por qué algunas lo hacen y otras no?
La respuesta está en las glándulas de Skene, que son las que expulsan el liquido que se genera en el punto G o próstata femenina. El tamaño de estas glándulas varía en cada mujer y según estudios llevados a cabo por el doctor Emmanuele Jannini, de la Universidad de L’Aquila, en Italia; tenerlas de una talla más reducida podría hacer que el fluido de la eyaculación se vaya a la vagina y no salga al exterior, lo que explicaría la ausencia de este fenómeno. Esto explica por que muchas mujeres, luego de tener un encuentro sexual, van al baño a orinar. Lo que pudo haber sido una eyaculación, terminó siendo otra cosa.
¿Entonces no hay posibilidad?
La sexóloga y escritora Deborah Sundahl, ha iniciado a muchas en el arte del squirting, y sostiene que todas las mujeres pueden eyacular porque todas tienen la misma anatomía.
Y aquí es donde uno entonces no sabe a quién creerle
¿En qué quedamos?
Yo creo que la que quiera saber si puede o no, debe intentarlo.
Para quienes quieran iniciarse en la practica del squirting, Sundhal da algunos consejos básicos.
1. Colocar lubricante en los dedos cordial y anual y empezar a estimular el clítoris por fuera, lo que hará que este se ponga erecto y la zona del punto G sea más palpable. Pasado un tiempo se introducen los mismos dedos, con la palma de la mano hacia arriba, en la vagina y se localiza el punto G, una zona rugosa justo detrás del hueso pubico. Mover los dedos hacia delante y atrás -como cuando hacemos un gesto a alguien para que se aproxime-.
2. Masajear la zona variando los movimientos: circulares, de presión, más o menos rápidos… Si hay una sensación como de ganas de orinar es que estamos haciendo bien el trabajo.
Combinar con los ejercicios de Kegel –contracción de los músculos vaginales- y seguir intentando hasta conseguirlo.
“La actitud es importante a la hora de aprender a eyacular.
Si tienes miedo, asco o crees que no puedes conseguirlo, es probable que nunca ocurra.
Por eso, el cambio comienza en la mente: sintiéndose a gusto con la idea de la eyaculación femenina, dejándote llevar y no aguantándote cuando la sensación empiece a aparecer, expresando todas las emociones libremente durante el sexo, sintiéndote con libertad y confianza y, sobre todo, creyendo en que la eyaculación femenina es accesible», aclara Deborah Sundhal.
Totalmente de acuerdo con Deborah, es muy probable que por muchos años hayas sostenido relaciones sexuales sin lograr tener una eyaculación, pero en el momento en el que te enterás de que es posible y lo intentás, es probable que lo experimentés una y otra vez.
Por experiencia propia les digo que ¡Sí, se puede!, eso sí toca lavar sábanas a cada rato-
Tampoco te debe desvelar el tema, si no lo logras y estás satisfecha con tu vida sexual, no hay por que obsesionarse.
Si querés ahondar en el tema, el libro de Deborah Sundhal se llama: Female Ejaculation and The G-spot
