Con el año a cuestas…
Uno sabe que anda con el año a cuestas cuando:
-Tiene sueño desde que se despertó. El cansancio ya es como crónico.
-Pasa todo el día buscando desesperadamente la hora de salida del trabajo.
-Visualiza las vacaciones con el mismo deseo que a Adam Levine en calzoncillos.
-Ya ni se acuerda de si algo pasó el año pasado o éste.
-Ya distribuyó el aguinaldo, que aún ni ha recibido.
-Empieza a hacer recuento de logros y pérdidas en el año.
-Se enferma hasta con solo ver un resfriado en la televisión.
-Se imagina esa tarde soleada que ve desde la ventana de la oficina, pero en una piscina con cerveza en mano.
-Tiene la certeza de que el remedio para todas las dolencias del momento, es un viaje a la playa.
-Llega a la casa y apenas pone la cabeza en la almohada, ronca como si fuera que tiene 48 horas sin pegar ojo.
-Ya no ve el momento de decirle a todo el mundo ¡FELICES VACACIONES, NOS VEMOS EL OTRO AÑO!