¿Y si lo hacemos por última vez?

Una relación de pareja (matrimonio, novio, amante) se termina de distintas formas, a veces con dolor, a veces con alivio, con amor, con rencor y otras ¡CON GANAS! sí con ganas de sexo, de seguir disfrutando de ese cuerpo que muchas veces fue nuestro.

¡Y eso sí que es un martirio! por que entonces la memoria en lugar de recordarnos lo malo de la relación, insiste en devolvernos a los besos apasionados, a sus manos en nuestro cuerpo, a su respiración en nuestro cuello, a las muchas veces que disfrutamos de esa pasión, que ahora será de alguien mas.

Desintoxicarse de un cuerpo que fue vicio, es tan duro como cualquier otra adicción. Se extraña, se añora, se necesita.

Y ahí anda uno, colapsado por la vida tratando de sobrevivir a esa desintoxicación, cuando de pronto un día cualquiera aparece la propuesta ¿Y sí lo hacemos por última vez?

Ofrecer una última noche de sexo a quien anda extrañando el olor y el sabor de un cuerpo que fue su todo, es como ofrecerle agua a un sediento. El impulso nos hace querer beberlo todo de golpe.

Por nuestras mentes empiezan a correr las dudas, ¿y si luego voy a querer mas? ¿qué voy a sentir? ¿será igual que antes?  ¿por qué me busca?

También cabe la posibilidad de que la propuesta no viniera de parte de él, si no de nosotras mismas que deshidratadas de él, abandonamos el orgullo y la sensatez y lanzamos la pregunta: ¿Y si tenemos una despedida?

El corazón y la mente se nos hace un despelote mientras esperamos la respuesta ¿y si dice que no? ¡QUE PENA! y si dice que sí ¡PEOR!. ¿Cómo se me ocurrió preguntar? ahora ya no quiero, el corazón acelerado, la mente desatada, pero que delicia volver a sentirlo.

Luego de pasado el huracán de emociones, toca decidir… No es una decisión fácil, hay que ver que tanto está involucrado en ese deseo de volver a estar con él. ¿Es solo el sexo el que extrañas? ¿Estás dispuesta a hacer borrón y cuenta nueva luego de ese encuentro? ¿No te estarás auto-saboteando?

Cada una sabe la respuesta en su corazón, sentarse a escucharlo y aceptar lo que muchas veces no queremos contarnos ni a nosotras mismas es difícil. Diferenciar el sexo del amor, no es tan fácil para muchas. Si ya decidiste hacer la propuesta, o contestar que sí, toca cuidarse mucho ya que conozco muchos casos de embarazos en ese decir adiós.

¿Y si lo hacemos por última vez? Esa pregunta, siempre será causante de mil emociones encontradas. Algunas habrán tenido excelentes despedidas, otras decidieron decir que NO, también existirán las arrepentidas y no pocas ya han de haberse despedido por lo menos 7 veces.