
Con buen olfato
Al llegar a cierta edad, las personas desarrollamos un buen olfato para oler cuando se viene algo malo y también bueno. Esa capacidad no apareció de la nada, sino de múltiples experiencias vividas a lo largo del camino.
Ese olfato es buenísimo para identificar:
-Personas pegas: Sí, pegas, esas que sabemos que vienen con toda la intención de invadir. Las mujeres por ejemplo detectamos al hombre pega como a 200 metros de distancia y es automáticamente fumigado. Imagino que a ellos les pasa lo mismo.
-Problemas: Uyyy es que ya hemos recorrido ese camino muchas veces, así que uno sabe cuando el asunto no va a terminar bien y mejor lo enfrenta o corre como alma que se lleva el diablo.
-Traición: De todo estilo. La traición se percibe en el aire, en los gestos, en la mirada. Huele a gato encerrado.
-Amor del bueno: Si olés uno, disfrutalo y no lo alejés siendo ¡PEGA!
-El sexo de nuestro bebé: Cuando se está embarazada, por alguna extraña situación uno empieza a hablarle y visualizarlo de un determinado sexo.
-Amantes: ¡Ay juepuña! uno al posible amante se lo huele al segundo. Como dice Miriam Hernández: Huele a peligro…
-Desamor: Uno primero lo huele, luego el sentimiento se empieza a apoderar de alma, vida y corazón y se vienen tiempos convulsos.
-Tiempos de cambio: Los tiempos de cambio se empiezan a manifestar con detalles, luego poco a poco se hacen realidad.
Ese súper poder que desarrollamos no lo debemos desperdiciar, prestémosle atención para que nos ayude a enfrentar un 2016 lleno de pruebas y oportunidades.