Ese hombre no se toca.

Bien lo dice la canción plancha de Rocío Banquells, ¡ese hombre no se toca!  Y no estoy hablando de los casados (ya hemos hablado de estos),  si no de los peligrosos.

¿Cuáles son los peligrosos?

Aquellos que sin duda alguna nos van a llevar (a nosotras y nuestra familia) a un final de telenovela, pero no el final de la protagonista buena y llorona, sino el de la villana que tomó pésimas decisiones en los 500 capítulos.

¿Cómo terminan las villanas?

-Locas

-Solas

-Muertas

Muchas situaciones de vida nos pueden hacer tomar caminos que jamás creímos transitar, pero todas tenemos la opción de retomar el correcto y alejarnos de situaciones peligrosas.

En nuestro país, muchas de las mujeres que mueren anualmente, lo hacen a manos de hombres que fácilmente podíamos reconocer como peligrosos.

Son hombres que están inmersos en el mundo del narcotráfico, la delincuencia organizada o los vicios. No podemos encasillar que estos sean los únicos peligrosos, pero sí podemos asegurar que es la mejor forma de meterse en problemas.

Más de 800 mujeres han muerto asesinadas en nuestro país en los últimos 20 años, de ellas, según datos del Departamento de Estadísticas del Poder Judicial, un 37.2% corresponden a a factores sociales tales como el abuso del licor y las drogas, el narcotráfico, la delincuencia y venganzas. ¿Cuántos hombres en esos mismos 20 años? Aproximadamente 63.

En el INAMU, me decían hace unos días, que muchas mujeres mueren asesinadas por ser hermanas, esposas, madres o novias de personas involucradas en drogas o delincuencia. Para que quede claro, a la delincuencia le parece más efectivo asesinar a la esposa de quién les debe dinero, que al que debe ¿y qué mejor manera de presionarlo que aniquilando a un ser querido?

A veces pareciera que vivimos en una burbuja, donde solamente nos enteramos de lo malo por los noticieros, sin saber que en esa misma burbuja podemos estar rodeadas de elementos que en un abrir y cerrar de ojos nos pueden cambiar la vida de un día para otro.

Atentas, alertas, que nadie está exento de caer en manos del hombre equivocado. Igual vigilantes con  nuestras hijas.

El problema está en que a muchas mujeres se les hace atractivo el hecho de que tienen cierto poder, son rudos y excelentes para envolvernos en sus garras.