Mi nuevo amigo el tampón

Cuando el tampón llegó a mi vida, no estaba lista para recibirlo como se debía. Recuerdo que lo intenté un día de esos en los que por supuesto estaba en la playa y lo necesitaba para no andar con toalla. Una amiga me dio uno y lo intenté con todo el miedo del universo.

Estaba temerosa y fui súper torpe. Lo puse tan mal, que me incomodaba y terminé tirando de su cordón y lanzándolo al basurero.

Otro día decidí hacerlo bien. No sirvió de nada el propósito, juro que yo en lugar de abrir, cerraba. Ese día no me lo pude poner ni siquiera mal. Volví a tirarlo al basurero, enojada con el pobre tampón que no tenía culpa de mis temores.

Hace unos meses una amiga me escuchó quejarme de que necesita usar traje de baño y andaba con la regla y me dijo ¿Por qué no te ponés tampón? Abrió su bolso y me dio uno de kotex evolution. A mi me encanta la marca, así que agarré fuerzas y me fui al baño pensando que de pronto ya lo iba a lograr.

Entré al baño, lo saqué del empaque y vi algo que me encantó: ¡Habían cambiado! Así que él y yo nos topamos con que los dos habíamos evolucionado.

Resulta que este tampón tienen la punta redondeada, haciendo que sea más fácil la introducción. Además tienen una parte antideslizante que es de donde uno los agarra y da seguridad como de que no se le va a ir para dentro, que es como un sustillo que uno tiene con ellos.

Fue súper fácil ponerlo y luego quitarlo. No podía creer que pudiera andar sin toalla en mis días de regla.

Hay tampones para distintas cantidades de flujo y con un aplicador más o menos largo.

Del tampón ,me gusta mucho el hecho de sentirme más fresca, ya que como atrapa el flujo antes de salir del cuerpo, el contacto es mínimo.

Me encantó volverlo a intentar, si te ha pasado similar o ni siquiera lo has intentado yo te diría que lo hagás vas a ver que súper vale la pena.

Te recomiendo que lo cambiés entre cada 4 y 6 horas y no durmás con él (dormí con las nocturnas).