La magia de nuestro Río Celeste
Parece como de cuento de hadas, uno ve aquella belleza de catarata en frente y no puede creerlo. ¿Cómo puede ser posible? ¿Cómo existe un sitio así?
Es como si de la mente más creativa, hubiera salido el inventarse un sitio con volcán rodeado de un bosque maravilloso y bañado por un increíble río celeste y su catarata.
Pero al que quiere celeste ¡qué le cueste! llegar hasta el Volcán Tenorio, sitio donde se encuentra la catarata ¡no es jugando! pero sí que vale la pena. Se tarda desde San José en automóvil unas 4 horas y media.
Llegamos al Parque Nacional Volcán Tenorio, a eso de la 1 de la tarde, hay tiempo de entrar hasta las 2:00 p.m, así que apenitas a tiempo.
Solo el hecho de ingresar a su bosque, me hace sonreír ¡cuánto verde! les va a sonar abraza-árboles, pero yo amo el verde ¡lo necesito! y sí soy una abraza árboles, pero estos mejor no los abracé por que de pronto me picaban las hormigas bala (aquellas que me enteré en Madrid son terribles, luego hablamos de ellas).
La caminata por el Parque, para los que amamos ir viendo plantas, aves y árboles ¡es preciosa! además topamos con la suerte de que no lloviera así que no había barro. Cuenta la leyenda que más de uno llega con la ropa equivocada y se descubre en chancletas patinando por todo el parque. En todo caso, el barro y la lluvia son normales en el sitio y es parte del encanto, cuestión de ir preparados con algo impermeable, tenis y repelente.
De la entrada hasta la catarata, caminamos cerca de una hora y treinta minutos. El sonido del agua cayendo nos avisa que la catarata está cerca… Se bajan unas gradas con gran ilusión…
Y de pronto ahí está: ¡Lo que vinimos a buscar!
Los ojos no dan crédito a lo que ven, una cabellera blanca sobre una laguna celeste. Varios sitios nos dan la oportunidad para tomar esa foto soñada. Por suerte no hay permiso para bañarse en la catarata, si no la foto soñada quedaría repleta de bañistas.
El por qué del tono celeste del Río fue esclarecido por científicos de la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional. Se llegó a la conclusión de que es un efecto óptico producido por la dispersión de la luz solar debido a la alta concentración de silicatos de aluminio que poseen sus aguas. ¡Es magia chiquillas, es magia de la naturaleza!
En fin, el asunto es que uno ve aquella belleza frente a sus ojos, le da gracias a la vida por permitirle presenciarla, toma fotos ¡y vaya para arriba de nuevo! Esas gradas, cuesta arriba ponen a prueba nuestra condición física.
Luego de la catarata, se puede seguir subiendo por el bosque para encontrarse con la laguna azul.
Así con ese nombre de película protagonizada por Brooke Shields, aparece de la nada un lago de cuento de hadas que nos deja sin palabras ¡por dicha! para así poder escuchar el canto de las aves y el vuelo de los colibríes. ¡Les juro por Dios que no estoy exagerando! Ese lugar es algo maravilloso.
Los borbollones y el teñidero dan fin a la subida e iniciamos el recorrido de vuelta a la entrada del Parque. Esa caminata nos da la oportunidad de ver con más detalle las palmas, heliconias, helechos, orquídeas y bromelias que se nos asoman a cada instante.
Jeudy, el súper guía de Wave Expeditions nos puso al tanto de cada árbol, planta o pájaro que llamaron nuestra atención. ¡Ir con guía es lo mejor!
Nos detenemos en el mirador a observar al Volcán Tenorio que se encuentra compuesto de varios conos y cráteres. De él no debemos temer, está dormido, al parecer desde hace muchísimo tiempo.
¡Buenas tardes don Tenorio! no imaginé conocerlo, que suerte poder venir a saludarlo.
Al salir del Parque, de pronto topés con la suerte de ver las dantas que llegan a la casa del guardaparque. Yo no las vi, pero dicen que sucede.
Y así encantada de haber paseado por ese lugar de ensueño, me voy al Río Celeste Hideaway Hotel.
Rio Celeste Hideaway es el hotel perfecto para llegar a relajarse luego de la caminata.
A escasos 7 minutos del Parque Nacional Volcán Tenorio, el hoteles es súper acogedor y las personas que trabajan en él, tienen esa dulzura y sencillez que nos hacen sentir cómodos.
Sus habitaciones de amplias camas y aire romántico nos garantizan una estadía placentera ¡en especial para los que van en pareja!
Los baños son amplios, tienen tina y una ducha externa.
Yo, sola, me senté en el balcón a hablar con el cariblanco que llega a hacer compañía ¡PERO VOLVERÉ CON MI NOVIO!
La cena estuvo espectacular, del menú uno no sabe ni que escoger ya que todas las opciones son exquisitas.
Me decidí por la carne y una copa de vino para finalizar un día increíble.
Un bar, piscina, spa, zona para hacer yoga y muchísimas opciones de tour completan la estadía en este bello hotel, preferido de quienes vienen en busca de privacidad, de naturaleza, de ¡buena vida!
A la mañana siguiente, hice la caminata por el sendero del hotel y de nuevo el verde de todo el entorno me cargó de energía y agradecimiento con la vida, por poder estar ahí, escuchando al río celeste fluir al final del sendero.
Si nunca has ido a Río Celeste, es hora de que lo hagás, no se puede pasar por esta vida, sin ir a ese mágico lugar.
