El molesto escaneo

Entre las peores costumbres de algunas personas está el escaneo.

¿Y eso qué es?

Es ese momento en el que entramos a un sitio y otra mujer nos mira de arriba abajo sin disimulo. Pareciera no importarle que la estamos viendo como nos recorre desde los zapatos hasta el cabello. Dan ganas de esperarla con un rótulo en la cara que diga: ¿SE LE PERDIÓ ALGO?

No hay quien se libre de ser escaneado, ni quien no lo haga. La diferencia está en que hay profesionales del escaneo y aprendices.

Ser una profesional del escaneo, lleva su estilo, su maña. Implica ser cuidadosa con la mirada, utilizar el rabito del ojo, los espejos, vidrios y cuanta cosa nos ayude a disimular. Además, se hace solo en casos MUY especiales.

La aprendiz del escaneo, utiliza todo su cuerpo para hacerlo, se delata en cada momento y no discrimina. Sus ojos parecieran perdidos en nuestra ropa, en nuestro cuerpo, hipnotizada con cada una de nosotras.

Descubrir a alguien observándonos sin reparo, genera mucha incomodidad, nos preguntamos ¿por qué nos está observando? ¿nos habremos vestido mal? ¿será que me veo mal? ¿o será que me veo muy bien? ¿será que se me rompió el zapato? No deberíamos preguntarnos nada de eso, el problema no somos nosotras, si no quien se detiene a manifestar toda su mala educación con cada mujer que se encuentra en el camino.

Debo admitir que lo he hecho en algún momento pero solo en casos especiales ¡ Y LO HAGO DE MANERA PROFESIONAL!, es decir discreta, sin que la víctima se entere.

El escaneo es muy distinto al acoso, el que acosa se va directo al área de su gusto ¡y ese es otro tema!

Si sos una escaneadora descarada, dejá de hacerlo, se te ve muy mal y un buen día alguien te lo va a decir y NO de buena manera.