Todo a su ritmo…
Ayer en la oficina, una chica dijo con una voz llena de ansiedad y miedo ¡Estoy a un mes de cumplir 29, o sea a un año de CUMPLIR 30! y luego de eso se vino una seguidilla de comentarios como: Se supone que ya debería haber encontrado el amor, ya casi debería quedar embarazada y hasta comprar una casa.
¡QUÉ TENSIÓN! ¿cómo se puede hacer todo eso en tan solo un año? A mi un año no me va a alcanzar ni para terminar de pagar la tarjeta de crédito. Pero la entendí perfectamente, recuerdo lo que es estar en ese momento de la vida en el que la gente cree que ya deberías estar en una etapa y uno viene atrasado.
¿Atrasado para quién? Pareciera que atrasado para el mundo, y de ahí el montón de comentarios entrometidos como: ¿Sigue sin novio? ¡Ay mamita la va a dejar el tren! ¡No se es joven por siempre! ¿y ud cuando va a sentar cabeza?
A mi los 30 me agarraron casada, con casa propia y un marido. Hijos aún no, pero claro que tenía al universo entero diciendo: ¿Y para cuando el bebé?
Sí, llegó el bebé y con él, el divorcio ¡así muchas veces es la vida!
Se fue el matrimonio, la casa y el marido. Llegó una bebé. ¿y ustedes que creen que dijo la gente?
«Prepárese por que la calle está dura, mejor te hubieras quedado con ese»
«Una mujer divorciada se tiene que estar quieta para que no hablen mal de ella»
«Ahora sí a dedicarse a su hija y olvidarse de todo»
Para cada etapa de la vida, nos tienen una lista de recomendaciones que distan mucho de la felicidad y vienen a ser casi que obligaciones.
¿Por qué una chica de 29 años tiene que estar pensando que ya se le va a acabar el tiempo?
¡El tiempo no se acaba hasta que nos morimos, pero de eso nos damos cuenta cuando ya vamos en la segunda, tercera o quien sabe cual vuelta. Cuando hemos comprobado con nuestras propias lágrimas y risas, que nada está medido, que la vida nos tiene sorpresas buenas y malas en cada esquina, que entre menos nos preocupemos por algo, más rápido sucederá. Que entre menos le hagamos caso a los comentarios de la gente y más escuchemos nuestro corazón, más cerca de nuestra propia felicidad estaremos.
A mi me dijeron que me quedara quedita, que las mamás no tenemos derecho a pensar en nosotras, que nuestra prioridad son los hijos ¿y saben qué? NO HICE CASO. Es imposible hacer feliz a alguien, si nos borramos a nosotras mismas.
El tiempo me premió con una nueva pareja que me hace inmensamente feliz desde hace años y con una hija que son mis ojos.
¡¡TRANQUILAS!! disfruten cada minuto del ahora, del ya, no se estresen por lo que no ha llegado, ¡¡LLEGARÁ!! pero solo si disfrutan el camino.
¡La que se estresa pierde! todo tiene un ritmo, un tiempo y no es el que nos han enseñado.
