Hoy lo vi pasar

Hoy lo vi pasar

De pronto me vi en medio aeropuerto gritando: ¡¡TOÑO, TOÑO!! y él que se vuelve y me sonríe.

Ahí estaba él, ese Antonio que con esa misma sonrisa a mis 13 años me había provocado las mariposas voladoras en el estómago.  Lo conocí en una feria navideña. Él era un adolescente larguirucho, de anchos hombros y cejas muy pobladas.

Mis primas, aún más niñas que yo, me retaron, me dijeron que yo no iba a ser capaz de preguntarle su nombre.

Luego de varios días de verlo pasar y sonreír, me armé de valor y lo perseguí por todo ¨Fercori¨

Cuando lo tuve en frente lo ataqué con mi nerviosa pregunta: ¿Y ud cómo se llama? le disparé sin más. No se me ocurrió decir hola, sonreír o tratar de parecer normal.

¡Antonio! me dijo y yo salí corriendo, mientras lo escuchaba atrás diciéndome: ¿y vos cómo te llamás? jajajajajaj nunca me detuve a decirlo.

El corazón se me iba a salir del pecho, cuando llegué a restregarle en la cara a mis primas ¡qué era una valiente!

Un año después, estando con las mismas embarcadoras de mis primas en el salón de patines, lo vi haciendo fila para entrar. No tuve paz, no pude despegarle los ojos de encima, todo desapareció  al rededor. Tanto así, que cuando lo tuve en frente diciéndome que si quería patinar con él de la mano ¡¡NO ENTENDÍ NADA!! me lo tuvo que decir tres veces.

Sobra decir que yo no patiné ¡¡VOLÉ!! aquellas luces y música romántica, que ponen a la hora del patinaje en parejas, me pareció lo más romántico del universo.

Al terminar la tanda, también terminó el encuentro. ¨Hasta la próxima¨ nos dijimos, sin intercambiar teléfonos ni nada, solo confiando en que iba a existir una próxima.

¡Y así fue! a los meses me lo topé en un baile del colegio. Vino a buscarme, me invitó a bailar una balada y  no bailé ¡¡VOLÉ!! Al finalizar, de nuevo un ¨hasta pronto¨

A los años, ya estando en la Universidad tuve que ir a hacer un trabajo a Golfito ¡Y no me lo voy encontrando! Estábamos alojados en el mismo hotel. Pasamos toda la tarde y parte de la noche juntos. Riéndonos, coqueteándonos, jugando al rato y al ratón. No pasó nada, solo nos intercambiamos teléfonos ¡¡AL FIN!!

Nunca me llamó, al tiempo lo hice yo. No pensaba decirle nada, solo quería escuchar su voz, ya le había escrito su canción y mis primas estaban hartas de escucharla.

En ese entonces, uno podía hacer sus llamaditas anónimas, no existía el caller ID, o por lo menos así lo creía yo.  Así que sin temor lo hice y me topé con un: ¿cómo vas? casi me muero. Ya él tenía caller ID.

Conversamos un gran rato, me ofreció trabajo en su oficina, y yo ni lerda ni perezosa lo acepté. No podía perder la oportunidad de verlo todos los días.

Los primeros días, fueron bien extraños. Estaba acostumbrada a que fuera un ideal, una persona a la que veía un ratito mágico y nada más. De pronto estaba ahí, comiendo, hablando, haciendo chistes, trabajando. Sentí que se iba perdiendo la magia, pero aún así ¡¡ERA ANTONIO!!

Un día Toño vino con la noticia de que se iba a España a estudiar. Sabía que era el final ¿pero cuándo hubo principio? Solo en mi mente y en mi corazón de niña tuve un romance.  Lo último que supe de él, fue que se enamoró de una española y se casó.

Hoy lo vi pasar, grité su nombre y él sonrió, habían pasado más de 15 años de la última vez que lo vi. Él tenía a su lado a su esposa y sus dos pequeños niños, yo a mi hija. Fue un hermoso reencuentro. Me quedé con ganas de decirle: “ Qué sorpresas da la vida, encontrarte en plena calle”  pero él jamás ha de haber escuchado a Pandora jajaja

Nos subimos al mismo vuelo, ¡VOLVIMOS A VOLAR! pero esta vez no fue juntos, si no cada quien con su familia. Él sigue siendo de hombros anchos y cejas pobladas, pero ahora es un hombre grande.

Le conté toda esta historia a mi hija, sus grandes ojotes ni pestañearon con las confesiones de su madre, no le hizo falta película durante el vuelo. Quería que supiera que cuando uno es niño vive experiencias tan lindas y llenas de ilusión como esa y que no pasa nada si no terminan  en nada. El amor verdadero existe, yo lo encontré, Antonio seguramente también, pero en otras personas.

¡Qué lindo recordar ese amor tan puro, que solo existió en mi imaginación!

PDTA: Ahora le paso esta nota a Antonio, para que al fin se entere de todo jajajaja.


¡Huggies-100 momentos mágicos te podría llevar a París!
¡Huggies-100 momentos mágicos te podría llevar a París!

Banquete es más que salsa
Banquete es más que salsa

0 pena #SoyUnNuevoCiclo
0 pena #SoyUnNuevoCiclo

¡¡Estamos estrenando masabrazos.cr!!
¡¡Estamos estrenando masabrazos.cr!!