La muerte de la mascota

La muerte de la mascota

Siempre tuve perritos en mi vida, todo inició con ¨Reina¨ la Pastor Alemán que nos dio tantas alegrías como descendientes.

Reina tuvo muchos cachorros, que fueron repartidos por las casas de nuestros amigos y familiares. Dos de ellos, se quedaron con nosotros, inicialmente Guardián y luego Ricky. A ese par de perritos los vimos crecer, en realidad crecimos todos con ellos.

¨Guardián, Ricky y Reina¨ fueron parte de nuestras pandilla de travesuras y alegrías. De nuestros días de infancia y adolescencia en los que su amor siempre fue incondicional.

La hora del baño era todo un vacilón, odiaban más que nada en este mundo que llegara ese momento y escapaban como alma que se lleva el diablo, al ver la presencia de la manguera.

Es más, a la sola mención de la palabra ¨AGUA¨ los perros desaparecían jajajaja ¡pero les tocaba!

A Ricky le pusimos así, por Ricky Martin, ya que nació un día en el que Ricky daba un concierto en el país ¡EN EL CINE UNIVERSAL! Era un pastorcito precioso, machito, más cariñoso imposible. Le hizo honor a su nombre.

Guardián era completamente negro, era el papá de Ricky (teníamos problemitas de incesto en el hogar) y fue un perro fiel, que nos cuidó todas las noches de su vida. Además de sus labores como perro guardián, era el encargado del recibimiento alegre y las corridas fuertes que nos dejaban sin aliento.

Mi vida y la de mis papás y hermanos, sin duda fue mucho más hermosa junto a esas mascotas, que más que mascotas eran como otros hermanos. Ese crecer junto a ellos, nos hizo más sensibles, mucho más cariñosos y absolutamente defensores de la vida animal.

Reina fue la primera en irse, era la mamá, con ella se iba la esperanza de volver a tener un perrito nacido  de ella. La muerte de Guardián fue muy dolorosa, pero era más doloroso verlo sufrir por la vejez terrible que muchos perros suelen sufrir. Ricky nos partió el corazón, se acababa esa familia de ¨hermanos pastores perrunos¨

Recuerdo que con la muerte de ¨Ricky¨  yo ya estaba casada, ya no vivía en la casa de mis papás. Cuando me llamaron para decírmelo, lloré como si se hubiera muerto un familiar. Lo enterraron en el patio de la casa, allá bajo el árbol de cas que tantas veces nos vio correr.

Mi entonces marido, que nunca había tenido una mascota, no podía entender mi grado de sufrimiento, no le cabía en la cabeza que uno pudiera experimentar ese grado de dolor ante la falta de TAN solo un perro. ¿DE TAN SOLO UN PERRO?

Una mascota no es TAN solo eso, una mascota es casi un hermano, un hijo, una compañía tan especial que nos llega a lo  más profundo de nuestro ser.

Luego, mis papás tuvieron a ¨Teo¨ un cachorro que mi hermano rescató cuando iba directo para un basurero. Teo fue una excelente compañía, en especial de mi papá. Cuando papi falleció, Teo se seguía sentando al lado de la cama y la silla de mi papá, triste, extrañándolo como todos nosotros.

¿Cómo no sentir a esas criaturas parte del corazón? ¿Cómo permitir que otros les hagan daño?

Su partida es tan triste, que luego ante su ausencia, por meses nos parece verlos aún por la casa. Todo el tiempo recuerdo a mis 4 perritos, ahora que han pasado los años, los imagino felices corriendo en el cielo de los perros. 

Este sentimiento, solo lo conoce el que ha llorado a su mascota. ¿Cómo se llamaba la tuya?


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