¿Cómo hacemos para que en serio NI UNA menos?

¿Cómo hacemos para que en serio NI UNA menos?

¡¡7 MUJERES HAN SIDO ASESINADAS EN LOS ÚLTIMOS DIEZ DÍAS EN COSTA RICA!!  ¡¡7!!

5 de febrero, Paula Vargas Murillo, bala en la cabeza.
3 de marzo Maritza Vargas, asesinada y lanzada al río.
6 de marzo María Leiva Fernández, degollada y quemada.
10 de marzo Rita Arias Piedra, asesinada con un tubo.
12 de marzo Karen Vanessa Jimenez, violada y degollada. 
17 de marzo Grettel Tatiana Tellez Ortiz, 10 orificios de bala.
18 de marzo Kimberly Jazmín Barrantes Pérez, orificio de bala en la cabeza.

Marzo, es el mes de la mujer y ¡vean qué linda manera de celebrarlo! ¡ASCO, REPUDIO, INDIGNACIÓN, CÓLERA! todo lo más malo cruza por mi mente cada vez que en el noticiero dicen: ¡OTRO FEMICIDIO!

¿Cómo podemos vivir tranquilas sabiendo que nosotras, nuestras niñas y todo el resto de mujeres del país vivimos con este riesgo? ¿QUÉ PUEDO HACER YO, QUÉ PUEDEN HACER USTEDES? Acá les dejo el texto de mi amiga la psicóloga Paula Barcelli, que me pareció muy acertado.

 

¨Soy madre de una adolescente, hermana mayor de ocho, sí, ocho asombrosas y excepcionales mujeres contando lados materno y paterno. Tengo una mamá y otra mamá del corazón, quien es la esposa de mi papá (y a quien no puedo llamar madrastra porque considero peyorativo ese adjetivo).

Tengo nueve hermosas sobrinas y también invaluables amigas del alma que son como hermanas, quienes sabrán perfectamente que hablo de ellas mientras leen estas letras. Y muchas tías y cuñadas también. Hace mes y medio una de mis hermanas dio a luz a gemelas y otra de mis hermanas está empezando su embarazo.

A raíz de mi profesión elijo no estar pendiente de las noticias de sucesos porque me afectan realmente, sin embargo, el saber que  este 2018 ya van 12 mujeres muertas, a manos de sus compañeros sentimentales me genera tanto dolor que simplemente no lo puedo pasar por alto.

Hoy hay 12 hogares que lloran la ausencia de esas 12 mamás, hijas, hermanas, y muchos más que llorarán a esas tías, vecinas y amigas. No puedo encontrar palabras que consuelen porque pienso que cada seis días en promedio podría haber una mujer menos a raíz de esta violencia sin sentido irónicamente a manos de la persona que prometió amarlas y protegerlas.

Las mujeres, desde niñas, crecemos pensando que la aprobación está en decir que somos de mami o de papi, o de Tito o de madrina. En que seremos aceptadas (y por lo tanto, felices) solo si Otro nos significa, como si estuviésemos incompletas y necesitásemos ese Otro para alcanzar lo que según nuestra psique es la felicidad o plenitud.

Y a esto sumamos los cuentos de hadas que queremos materializar en nuestra adolescencia, donde buscamos príncipes que encajen en ese ideal retorcido y ahí empezamos a dar tumbos de ciego pasando de sapos disfrazados de príncipes a lobos vestidos de ovejas. Y de lo poco que aprendemos es que los príncipes no existen, y que los lobos a veces son emocionantes, porque no son aburridos, nos hacen sentir cambiar de página al cuento de Caperucita y el rato nos parece divertido. Pero es todo menos eso.

¿Qué podemos hacer? Primero, cambiar nuestro discurso, no pensar que no vale la pena meterse si luego se van a arreglar debajo de las sábanas. No callar, nunca, nunca. Ni tratándose de nosotras mismas, ni de una vecina, amiga, hermana o desconocida. Si sospechamos, ¡¡DENUNCIAR!». Construir redes de apoyo entre nosotras, desmantelar esos discursos donde somos un objeto propiedad de algún hombre, sensibilizar a nuestros niños y niñas en la igualdad y empatía. Fomentar la sororidad, menos competencia y más solidaridad entre nosotras. Esto no es un tema ajeno, está destruyendo muchas vidas, no solo las de la mujeres que ya no están. Los días siguen pasando y las estadísticas tristemente pueden ir aumentando.

Si cada uno de nosotros se propone a cuidar, acompañar y resguardar a las mujeres que les rodean (conocidas o no) podremos hacer del slogan Ni una menos algo más tangible¨.

Dra. Paula Barcelli, Psicóloga. 

Su mail es paula_barcelli@yahoo.com 

Las imágenes que usé en la nota, son del artista italiano Alexandro Palombo, el cual las creó para ayudar a concientizar de la violencia de género. Sin duda, causan un gran impacto. Impacto que no es tan grande, fuerte y doloroso como el que recibieron la familia  de Karen, Paula, Maritza, María, Rita, Grettel y Kimberly al encontrarlas muertas. ¡NI UNA MENOS!


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