EL BEEP DE LA ALARMA QUE IGNORAMOS

La alarma suele sonar en el momento indicado, pero muchas veces nosotras por dormidas, decidimos ignorarla y la vamos aplazando y aplazando hasta que ya luego toca ¡CORRER! 

Acá algunos ejemplos:

-EL INCORRECTO. Empezamos a salir con un muchacho, y desde la primera cita supimos que con él no iba a funcionar nada. Le dimos un rato, diay para entretenernos, para hablar con alguien distinto. Resultó que daba unos besos riquísimos y cuando nos dimos cuenta, andamos con él. Todo lo que creímos que no iba a funcionar, era real, NO FUNCIONA. La alarma sonó al inicio, no le hicimos caso y ahora okkkk ¡a ver cómo salimos de esto!

-EL PESO. Cuando juramos que ya subimos 5 kilos y al fin decidimos ir a pesarnos, no eran 5 ¡eran 10 o más! Tenemos absolutamente descalibrada la pesa mental. La alarma fijo sonó desde la primer blusita que sentimos más apretada, pero la ignoramos y ahora esa blusa del todo no nos entra. Ni el 60 % del clóset.

-EL TRABAJO. Hay trabajos que nos mandan golpes años antes de cambiarlos. Varias veces nos fuimos para la casa con el absoluto convencimiento de que deberíamos empezar a buscar otro empleo, pero a los días se nos pasa. Así pasan años, hasta que un día nos dan ganas de volarle patadas al portón de la entrada. 

-EL MATRIMONIO. Con un mal matrimonio es muy fácil escuchar la alarma, suena a cada rato, se manifiesta por toda la casa. Al final se jode el tv, la licuadora, la lavadora. Todos los chunches se ponen de acuerdo para mostrarnos que se ese hogar está roto. El corazón ya lo estaba desde hace tiempo, pero de nuevo, ignoramos.

-LA AMISTAD. Con la amistad pasa igual, nos empieza a sonar un beep que nos dice que ya no es lo mismo, que ya no hay click, que se acabó. Pero ignoramos, esperando que el alejamiento lo diga por si solo. A veces funciona, otras del todo no y se vienen los enfrentamientos.

La vida está llena de momentos en los que una alarma suena, nos empieza a atacar al cerebro, si la ignoramos, entonces ataca el corazón y si aún así, decidimos silenciarla, al final no nos deja levantarnos de la cama hasta no solucionar lo que tanto nos molesta. ¿No sería más fácil ponerle atención antes?

¿Cuál alarma te está sonando? ¡NO LA DEJÉS LLEGAR AL FINAL, HACÉ ALGO ANTES! Por salud.